Probióticos no previenen la diarrea asociada a los antibióticos

El Saccharomyces boulardii se utiliza para el tratamiento y la prevención de la diarrea, incluyendo las diarreas infecciosas como la diarrea por rotavirus en los niños

Un nuevo estudio muestra que Saccharomyces boulardii es ineficaz para reducir la incidencia de diarrea asociada a antibióticos o diarrea asociada a Clostridium difficile en pacientes hospitalizados.

Investigadores del Hospital Alessandro Manzoni en Lecco, Italia realizaron un ensayo de un solo centro, aleatorizado, doble ciego, controlado por placebo con 562 pacientes consecutivos elegibles (edad media 79 años) a quienes les estaban formulando antibióticos o que estaban en terapia con antibióticos. Los criterios de exclusión fueron: diarrea constante, el consumo reciente de probióticos, la falta de consentimiento informado, la incapacidad de ingerir cápsulas y pancreatitis severa.

Los pacientes recibieron una cápsula que contenía S. boulardii o placebo, dos veces al día, dentro de las 48 horas después de iniciar el tratamiento con antibióticos, y continuaron el tratamiento durante 7 días después de dejar de consumir los antibióticos, y fueron seguidos por 12 semanas después de finalizar el tratamiento antibiótico.

Los resultados mostraron que un total de 275 pacientes fueron aleatorizados para el estudio, mientras que 204 (98 en el grupo placebo) completaron el seguimiento. Se presentó  diarrea asociada a antibióticos  en el 13,3% de los pacientes tratados con placebo y en el 15,1% de los que recibieron S. boulardii. Ocurrieron cinco casos de diarrea asociada a Clostridium difficile  dos en el grupo placebo (2,0%) y tres en el grupo probiótico (2,8%). No hubo diferencia en las tasas de mortalidad (12,7% frente a 15,6%).

El estudio fue publicado en la  revista American Journal of Gastroenterology.

Los organismos probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio de salud en el huésped. Las bacterias del ácido láctico (LAB) y las bifidobacterias son los tipos más comunes de microbios utilizados como probióticos, pero también se pueden usar ciertas levaduras y bacilos. Los probióticos se consumen como parte de los alimentos fermentados con cultivos activos a los que se añaden cultivos vivos activos especiales, como en el yogurt, el yogurt de soya, o como suplementos dietéticos. Los probióticos también son suministrados en los trasplantes fecales, en la cual las heces de un donante sano son suministradas en forma de supositorio a un paciente infectado.

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