Acebutolol

El acebutolol es un agente bloqueante beta-adrenérgico.

El acebutolol es un agente bloqueante beta-adrenérgico. Los estudios in vitro e in vivo han puesto de manifiesto que muestra un efecto preferencial hacia los receptores beta-1, sobre todo los localizados en el músculo cardíaco. Este efecto preferencial no es, sin embargo, absoluto y en dosis altas el acebutolol también inhibe los receptores beta-2, en particular, los que se encuentran en el músculo bronquial y en la musculatura vascular. Posee también una cierta actividad agonista (actividad simpaticomimética intrínseca). Se utiliza en el tratamiento de la hipertensión y en el tratamiento o profilaxis de la angina pectoris. Se cree que los efectos antihipertensivos del acebutolol se deben a su capacidad para antagonizar la taquicardia inducida por las catecolaminas en el corazón, disminuyendo de esta forma el gasto cardíaco, a una inhibición de la liberación de la renina en los riñones o actuando sobre los centros vasomotores.

Sus efectos antianginosos pueden ser debidos a la reducción en la demanda de oxígeno del miocardio al reducir la frecuencia cardíaca y/o la velocidad y extensión de la contracción del miocardio.

Mecanismos de Acción

El acebutolol se absorbe bastante bien por el tracto digestivo. Experimenta una extensa metabolización hepática al primer paso, siendo su biodisponibilidad absoluta del 40%. El metabolito más importante (diacetolol) es también farmacológicamente activo, por lo que esta metabolización hepática no disminuye el efecto terapéutico del fármaco.

La ingesta simultánea de alimento no afecta la curva de concentraciones plasmáticas frente al tiempo, aunque la concentración pico y la velocidad de absorción se reducen ligeramente. La semivida de eliminación del acebutolol es de 3 a 4 horas, mientras que la de su metabolito, es de 8 a 13 horas. Las concentraciones máximas de acebutolol y de su metabolito diacetolol se alcanzan a las 2.5 y 3.5 horas, respectivamente.

En el rango de dosis orales de 200 a 400 mg la cinética del acebutolol es proporcional a la dosis. Sin embargo, a dosis más elevadas se pierde esta linealidad, probablemente por una saturación hepática en los lugares de biotransformación.

Además, después de dosis múltiples, se observa un aumento en el área bajo la curva concentraciones plasmáticas/tiempo de hasta un 100% en comparación con las dosis únicas. La eliminación es por vía renal en un 30-40%. El acebutolol sólo se une en un 26% a las proteínas plasmáticas. Tanto el acebutolol como su metabolito son relativamente hidrófilos y sólo mínimas cantidades han sido detectadas en el líquido cefalorraquídeo.

Efectos Secundarios

El acebutolol no debe ser utilizado en presencia de bradicardia, bloqueo AV de segundo o tercer grado, fallo cardíaco del ventrículo derecho derivado de hipertensión pulmonar, fallo cardíaco congestivo, shock cardiogénico o con anestésicos que producen una depresión del miocardio.

Se han observado aumentos en el título de anticuerpos antinucleares en el 12.5% de los pacientes con tratamientos crónicos a base de acebutolol. En algunos casos raros (1%) se ha comunicado un síndrome parecido a un lupus eritematoso. Síntomas similares han sido ocasionalmente observados con otros beta-bloqueantes. Otros síntomas que se observan a veces son poliartralgia, mialgia y dolor pleurítico, síntomas que desaparecen al discontinuar el tratamiento con acebutolol.

Enfermos con fallo cardíaco: Deben tomarse precauciones especiales cuando se administre el acebutolol a pacientes con historia de fallo cardíaco. La estimulación simpática es un componente vital de la función circulatoria en el fallo cardíaco congestivo de tal forma que su inhibición con un beta-bloqueante conlleva el peligro de una posible depresión de la contractilidad cardíaca y agravamiento del fallo cardíaco. Así el acebutolol puede reducir el efecto inotrópico positivo del digital cuando ambos fármacos se utilizan concomitantemente. Los efectos de los beta-bloqueantes y del digital son aditivos en lo que se refiere a la depresión de la conducción AV.

En pacientes sin historia de fallo cardíaco, la depresión del miocardio producida por el tratamiento continuado con beta-bloqueantes puede conducir a una hipertrofia cardíaca. Por lo tanto, a los primeros síntomas o signos de fallo cardíaco, el paciente deberá ser tratado con digital y/o un diurético, observándose cuidadosamente su respuesta. Si el fallo cardíaco continua a pesar de esta terapia, la administración de acebutolol debe ser permanentemente discontinuada.
Discontinuación brusca del tratamiento: Los enfermos con angina de pecho debe ser advertidos del peligro de un cese brusco del tratamiento con acebutolol. Se han comunicado episodios de exacerbación de la angina, de infartos de miocardio y de arritmias ventriculares en enfermos con angina pectoris que cesaron bruscamente el tratamiento con beta-bloqueantes. Las dos últimas complicaciones pueden producirse sin una exacerbación previa de la angina. Por lo tanto, cuando se prevee discontinuar el tratamiento en enfermos con angina pectoris, las dosis de deben reducir gradualmente a lo largo de un período de 2 semanas, manteniéndose una cuidadosa observación sobre el paciente. Se debe mantener la misma frecuencia de administración. Si la angina eventualmente empeora o se desarrolla una insuficiencia coronaria, se recomienda reinstaurar el tratamiento con acebutolol, al menos temporalmente.

Se han descrito rashes dermatológicos y xerosis conjuntiva con los beta-bloqueantes, incluyendo el acebutolol.

Puede producirse una severa bradicardia sinusal con el uso del acebutolol: en estos casos las dosis deben ser disminuidas En pacientes con tirotoxicosis, los posibles efectos deletéreos del acebutolol en tratamientos crónicos no han sido adecuadamente investigados. Puede darse una falsa impresión al enmascararse los síntomas del hipertiroidismo o de sus complicaciones. La brusca interrupción del acebutolol puede conducir a una exacerbación de los síntomas.

Se han realizado estudios sobre la reproducción con el acebutolol en ratas y conejos en dosis de hasta 60mg/kg/día por vía oral y de hasta 18mg/kg/día por vía i.v. En un estudio en el conejo en el que el acebutolol se administró por vía i.v. se observaron las siguientes malformaciones: defectos en las costillas, gastrosquisis, defecto septal ventricular, displasia del sistema urogenital y hernia umbilical. Estos resultados no se confirmaron en un segundo estudio i.v. y tampoco fueron observados cuando el acebutolol se administró por vía oral

También se han realizado estudios con el diacetolol (el metabolito del acebutolol más importante en el hombre) en dosis de hasta 450mg/kg/día por vía oral en conejos y hasta 1800mg/kg/día en in ratas. Se observó un aumento significativo de las pérdidas postimplantación en los conejos tratados con 450mg/kg/día, una dosis que produjo una reducción de la ingesta de alimento y una pérdida de peso. Se observó un aumento no significativo de la incidencia de cataratas bilaterales en los fetos de las ratas tratadas con 1800mg/kg/día.

No hay experiencia sobre el uso del acebutolol en mujeres embarazadas. Sin embargo, los estudios en animales han mostrado que el acebutolol y el diacetolol atraviesan la barrera placentaria. Por lo tanto, el acebutolol no debe ser administrado a mujeres gestantes. Su empleo en mujeres con posibilidad de quedar embarazadas debe ser cuidadosamente evaluado por los posibles riesgos.
Tanto el acebutolol como el diacetolol aparecen en la leche en una proporción frente a las concentraciones plasmáticas de 7.1. No se recomienda su uso en mujeres durante el período de lactancia.

Los pacientes con enfermedad broncoespástica no deben, en general, ser tratados con beta-bloqueantes. Sin embargo, debido a su selectividad sobre los receptores b-1, se pueden usar dosis bajas de acebutolol en pacientes broncoespásticos que no respondan o no toleren tratamientos alternativos. Dado que la selectividad beta-1 no es absoluta y es dosis dependiente, se debe administrar concomitante un estimulante b-2, administrándose las menores dosis posibles de acebutolol, dividiendo si es posible las dosis para evitar los altos niveles en sangre asociados a tratamientos más espaciados. Puede haber una cierta dificultad en tratar una reacción de tipo alérgico en los pacientes tratados con b-bloqueantes. En estos pacientes, la reacción puede ser más severa debido a los efectos farmacológicos de los beta-bloqueantes y a problemas por cambios en los fluidos. La epinefrina se debe administrar con precaución por no tener siempre los efectos usuales sobre la anafilaxis. Por una parte, pueden ser necesarias grandes dosis de epinefrina para aliviar el broncoespasmo, pero por otro lado estas dosis pueden estar asociadas a una estimulación a-adrenérgica excesiva con la subsiguiente hipertensión, bradicardia refleja, bloqueo cardíaco y posible potenciación del broncoespasmo. Una alternativa al empleo de grandes dosis de epinefrina consiste en la adopción de medidas de soporte que utilicen fluidos y el uso de agonistas beta como el salbutamol parenteral o el isoproterenol para reducir el broncoespasmo y de la norepinefrina para reducir la hipotensión.

El acebutolol se debe administrar con precaución a los pacientes con hipoglucemia espontánea o a los diabéticos (especialmente a aquellos con una diabetes lábil) que están tratados con insulina o con antidiabéticos orales. Los beta-bloqueantes pueden enmascarar los síntomas premonitorios de una hipoglucemia aguda.

El acebutolol se debe administrar con precaución a los pacientes con la función renal disminuida. El acebutolol se excreta por el tracto digestivo, pero su metabolito activo el diacetolol se elimina predominantemente por el riñón. Existe una relación lineal entre el aclaramiento renal de creatinina y el de diacetolol. La dosis diaria de acebutolol se deberá reducir en enfermos con aclaramiento de la creatinina inferior a 50 mL/min.

Geriatría: El acebutolol ha sido utilizado en los ancianos sin un ajuste específico de la dosis. Sin embargo, esta población de pacientes puede requerir dosis más bajas debido a la mayor biodisponibilidad del acebutolol y de su metabolito, que es casi del doble. Este aumento de la biodisponibilidad es probablemente consecuencia de una disminución del metabolismo hepático de primer paso y de la función renal. Las dosis de acebutolol se deben ajustar individualmente cuando se utiliza concomitantemente con otros agentes antihipertensivos (ver dosificación) La función hepática se deberá examinar a intervalos durante los tratamientos muy largos.

Cirugía electiva o de emergencia: El tratamiento de pacientes bajo terapia con beta-bloqueantes y que sean sometidos a cirugía es objeto de controversia. Aunque los beta-bloqueantes reducen la capacidad del corazón en responder a estímulos reflejos beta-adrenérgicos, la abrupta discontinuación del tratamiento con acebutolol puede ir seguida de graves complicaciones (ver Precauciones).

Algunos pacientes tratados con agentes beta-adrenérgicos han manifestado severa hipotensión durante la anestesia.

También se han comunicado paradas cardíacas y dificultad en restaurar y mantener el ritmo cardíaco. Por estas razones, los pacientes con angina que vayan a cirugía electiva deberán discontinuar gradualmente el tratamiento con acebutolol.

De acuerdo con la evidencia existente, no hay síntomas de bloqueo beta-adrenérgico a las 72 horas después de la interrupción del tratamiento. En la cirugía de emergencia, los efectos de acebutolol pueden ser revertidos si fuera necesario por estimulantes beta-adrenérgicos como el isoproterenol.

Niños: No hay experiencia con el acebutolol en pediatría y, por lo tanto, su empleo en niños no está recomendado.

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