Aquella creencia de que un corazón roto no tiene arreglo, es un desafiado para los científicos del Colegio Universitario de Londres que experimentan en ratones con un medicameno, llamadael Timosin Beta 4, que podría ayudar a los músculos cardíacos afectados por un ataque a auto repararse.
El estudio fue publicado en la revista Nature y muestra que, si se usa antes de un ataque, el Timosin Beta 4, optimiza la reparación del corazón, la Fundación Británica del Corazón, lo describe como «el santo grial de la investigación cardíaca», aclara que cualquier tratamiento posible en humanos tomará años en desarrollarse.
Los investigadores del Colegio Universitario de Londres analizaron un grupo de células que son capaces de transformarse en diferentes tipos de tejido de corazón en un embrión. las expectativas de los investigadores son: Si un paciente con riesgo previsto de sufrir un ataque cardíaco tome una pastilla que optimizará el funcionamiento de su corazón, de manera que si sufre un ataque cardíaco pueda ser reparado.
En los adultos las células derivadas del epicardio forran el corazón, pero se adormecen, por lo que los científicos usaron el Timosin Beta 4 para despertarlas.
Las células epicardiales adultas que forran el músculo pueden ser activadas, moverse hacia adentro y levantar nuevo músculo cardíaco, comenta el Dr. Paul Riley, del equipo investigador londinense.
Se ha visto una mejora en la habilidad del corazón de bombear sangre de un 25%» explica el Dr. Riley, ya que el tejido dañado se redujo y las paredes del corazón se hicieron más gruesas.
El director médico de la de Fundación Británica del Corazón, el Dr. Peter Weissberg dijo que estaba muy entusiasmado con la investigación.
El corazón podría ser ayudado en su propia recuperación. El Dr.Weissberg reconoce que cualquier pequeña mejora en un tratamiento pude tener un impacto dramático en la calidad de vida de los pacientes, en pacientes con fallas cardíacas el solo sentarse es como correr un maratón. Si se consigue un medicamento que sea igualmente efectiva en humanos, los investigadores creen que podría ser prescrita de manera similar a las estatinas, los fármacos que se usan para disminuir el colesterol.
En cuanto a tiempos, el investigador británico dijo que un tratamiento de ese tipo podría estar disponible en diez años.