Lupus Sistémico, LES o Lupus a secas, son algunos de los nombres con que se conoce esta enfermedad auto-agresiva, que hace confundir al propio sistema inmunológico y lo lleva a atacar, con patológica efectividad, los tejidos y órganos del propio cuerpo.
La afección, que se vuelve crónica y daña especialmente a las mujeres, tiene un altísimo impacto sobre la calidad de vida de quienes la padecen. Y además, si no se la trata, reduce fuertemente la expectativa de vida.
Ahora, la buena noticia: por primera vez en 50 años se acaba de aprobar un nuevo medicamento específico, perteneciente a la familia de las moléculas biológicas, que logra moderar, y hasta revertir en forma eficaz, muchos de los brotes de los enfermos de Lupus.
El LES afecta a todos los órganos del cuerpo y de cada 10 personas con Lupus, 9 son mujeres. Desde el punto de vista epidemiológico se piensa que alcanza al 0,25% de la población lo que se traduce en algo menos de 30.000 enfermos.
Esta patología afecta centralmente a mujeres jóvenes y genera una amenaza vital, generando desde problemas en la vida cotidiana, debido por ejemplo al extremo cansancio que causa a dificultades para quedar embarazada, y si bien a veces tiene asociado riesgo de vida, se convierte en una afección discapacitante, que afecta centralmente la calidad de vida de la enferma y su familia.
Se han identificado algunos factores que parecen favorecer que la enfermedad se manifieste: pubertad o embarazo, la acción de ciertos virus o la exposición al sol interactuando con los genes son algunos.
En los últimos meses se aprobó una alternativa terapéutica para tratarla, su nombre es Belimumab y es un biológico, básicamente un anticuerpo monoclonal humanizado, que genera un mecanismo de acción que busca interferir con una parte de la compleja acción autoagresiva del sistema inmune.
Actúa uniéndose a una proteína estimulante de los linfocitos B (BLyS) e inhibiendo su actividad, que se cree clave para la producción de nuevos anticuerpos que atacan tejidos sanos. Belimumab es un tratamiento complementario que se aplica en forma intravenosa, una vez al mes, en adultos con un LES en etapa «activa», con alto grado de actividad, donde el tratamiento estándar no da resultado eficaz.
Es un avance importante y efectivo, que ayuda a manejar muchos de los aspectos más complejos del Lupus, (como la fatiga y la reducción de uso de corticoides).