Se eleva el riesgo de mordeduras de perro en los niños pequeños, principalmente en primavera.
Los pequeños se encuentran especialmente vulnerables a las mordeduras graves en las áreas de la cabeza y el cuello, según los investigadores que analizaron 84 casos de mordeduras en los niños.
No estuvo claro por qué era más probable que los niños sufrieran lesiones por mordeduras en el verano, aunque podría ser porque pasan más tiempo al aire libre jugando con perros en los meses más cálidos, según sugirieron los investigadores. También podría ser que los perros generalmente están más irritables en el tiempo cálido.
El estudio halló que el 27 por ciento de las lesiones por mordeduras fueron causadas por mascotas familiares. Los lugares más comunes de mordeduras en la cabeza y el cuello fueron las mejillas (34 por ciento), los labios (21 por ciento), y las orejas y la nariz (ambas en ocho por ciento). El 64 por ciento de los niños sufrieron heridas por mordeduras de perro en más de un lugar. El tamaño promedio de la herida era de 7.15 centímetros. Los Pit bulls fueron la raza que más comúnmente estuvo involucrada en ataques.
Los hallazgos aparecen en la edición de marzo de Otolaryngology – Head & Neck Surgery.
En los EE. UU., las mordeduras de perro corresponden a cerca del uno por ciento de las visitas a la sala de emergencia, entre ellas 44,000 casos anuales por lesiones faciales.
La implementación de informes más precisos y oportunos sobre mordeduras de perro a las autoridades sanitarias locales puede ayudar a educar a los profesionales de la medicina a identificar tendencias en mordeduras y a desarrollar estrategias de prevención, señalaron los autores del estudio.
Recomendaron un sistema de recolección uniforme de información que incluya todas las circunstancias de la mordedura, como señales de provocación, lo adecuado de la supervisión de los niños, la raza y el sexo del perro, la situación de esterilización, los antecedentes de agresiones anteriores, el uso de bozales, los antecedentes de mordeduras del paciente, la duración de la propiedad del perro, el lugar en donde tuvo lugar la mordedura, qué se hizo con el perro como resultado del evento, y el historial de vacunación del animal.
Los investigadores afirmaron además que las familias necesitan saber que el riesgo de mordeduras de perro aumenta durante el verano.
Fuente: Revista médica de alta especialidad: Otolaryngology – Head & Neck Surgery.