Adicción a asolearse

Las camas solares modernas emiten radiación ultravioleta con una potencia que puede llegar a ser hasta veinte veces más intensa que la del sol.

Para entender los motivos que llevan a numerosas personas a tomar frecuentemente sesiones de cama solar, investigadores de la Organización Mundial de la Salud (OMS), realizaron varios estudios, que revelaron que la exposición a la radiación ultravioleta emitida por las camas de bronceado, estimula la liberación de endorfinas, hormonas que producen una sensación de bienestar. Las endorfinas causarían cierta dependencia a la cama similar a lo que ocurre con la nicotina del cigarro.

Desarrollar dependencia a la exposición ultravioleta puede incrementar de modo significativo los riesgos de padecer cáncer de piel.

Se realizó un estudio con participantes de 22 a 34 años que tomaban habitualmente entre 8 y 15 sesiones de cama solar al mes.
Asistían dos veces a la semana a la cama solar, los días lunes y miércoles pero a dos camas distintas. Una de ellas tenía un filtro que frenaba la radiación ultravioleta.
Los días viernes les daban la opción a una tercer sesión. La mayoría decidía tomarla y el 95 %  eligió el equipo que emitía los rayos ultravioleta.
Ellos refirieron sentirse más relajados y menos tensos luego de usar dicha cama solar.
Cabe aclarar que los participantes no estaban al tanto de que una cama no emitía radiación ultravioleta.

El uso de camas solares antes de los 35 años aumenta el riesgo de desarrollar melanoma, el tipo más grave y agresivo de cáncer de piel. Estos resultados fueron publicados por la revista International Journal of Cancer. Usar la cama solar antes de los 35 años aumenta un 75 % el riesgo de padecer melanoma. Demostraron también que la exposición a estas camas aumenta la posibilidad además de padecer carcinoma espinocelular, otra forma de cáncer de piel menos agresiva que el melanoma.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que el uso de camas solares conlleva un riesgo de cáncer de piel, y que ninguna persona menor de 18 años debería utilizarlas.
Actualmente sólo algunos países cuentan con una normativa que regula las camas solares o su uso. Bélgica, Francia y Suecia disponen de una legislación en la materia, que limita la cantidad máxima de radiación UV-B.
En EUA, en el Estado de California está prohibido que los menores de 18 años utilicen camas solares o hagan uso de los centros de bronceado.
Debería desalentarse a la población a usar camas y lámparas de bronceado artificial y considerar seriamente limitar el acceso de menores de edad a las camas solares.

Entre los factores riesgo para el desarrollo de cáncer de piel se encuentran:

Radiación Ultravioleta.
Piel clara y ojos claros. 
Enrojecimiento de la piel al asolearse.  
Antecedentes familiares o personales de cáncer de piel.
Tener gran cantidad de lunares.
Antecedentes de quemaduras solares, especialmente durante la niñez y adolescencia.



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