La resistencia farmacológica a la aspirina es extremadamente rara, según afirma el Dr. Garret A. FitzGerald, director del Instituto de Medicina y Terapéutica Traslacional de University of Pennsylvania, Filadelfia.
El Dr. FitzGerald y su gruo de investigadores no pudieron hallar un solo caso entre 400 voluntarios sanos tratados con una dosis oral de 325 mg de aspirina «de liberación rápida» o con recubrimiento entérico. En cambio, sí detectaron «pseudorresistencia» por la absorción retrasada o reducida por el recubrimiento entérico que poseen la mayoría de las marcas de aspirina.
El mensaje para los médicos es que la verdadera resistencia es casi inexistente, de modo que no hay que gastar tiempo y dinero en evaluar a los pacientes antes de tratar a los pacientes con aspirina, indica el Dr. FitzGerald, no existe un fundamento racional para optar por la aspirina recubierta en lugar de la aspirina de liberación rápida, que es más económica; no se demostró que protege el estómago y lleva a hablar erróneamente de resistencia a la aspirina.
Los resultados del estudio se publicaron en la revista Circulation, ahí el equipo describe que la frecuencia de la resistencia a la aspirina varía del 5 al 20% en la mayoría de los estudios.
Los autores diseñaron el estudio para determinar la frecuencia real de un fenotipo mecanísticamente consistente, estable y específico de resistencia farmacológica real a la aspirina, como lo explicarían las causas genéticas. Analizaron la agregación plaquetaria inducida por el ácido araquidónico, la formación de tromboxanos en sangre y la excreción urinaria de tromboxanos, que son marcadores de actividad del objetivo molecular de la aspirina (COX-1), antes y después de una dosis de 325 mg de aspirina común o recubierta.
A los participantes que parecían ser resistentes a la aspirina se los reevaluó; los que no respondían a la aspirina dos veces recibían una dosis baja (81 mg) de aspirina recubierta y de clopidogrel (75 mg) durante una semana cada uno en un ensayo clínico cruzado.
El equipo observó una absorción variable por una frecuente resistencia aparente (hasta el 49%) a una sola dosis de 325 mg de aspirina con recubrimiento entérico, pero no (0%) a la aspirina de liberación rápida.
Todos los participantes respondieron a la aspirina con la exposición reiterada, la prolongación del intervalo de administración o la exposición plaquetaria ex vivo a la aspirina, los autores aseguran que no pudieron hallar un solo caso de resistencia real. En cambio, fue común la pseudorresistencia por la absorción demorada o reducida del producto después de ingerir de la aspirina con recubrimiento entérico.
Fuente: Circulation