Las mujeres adultas con altos niveles de plomo en sangre suelen morir antes que las mujeres con bajas concentraciones en sangre del metal, en especial por enfermedad cardíaca.
El plomo, puede pasar hacia la sangre si se aspira, o se tiene contacto directo con ciertas pinturas o materiales que contengan el metal. Por ello, es muy importante renovar la pintura en casas viejas o antiguas, ya que antes de 1980, no se regulaba la cantidad de plomo que había en las pinturas para fachadas.
Un equipo de investigadores estudió a 533 mujeres, de entre 65 y 87 años, durante 12 años.
Aquellas con concentraciones de plomo por encima de los 8 microgramos por decilitro de sangre eran un 59 por ciento más propensas a morir por cualquier causa y tres veces más proclives a fallecer por enfermedad cardíaca que las mujeres con niveles más bajos de plomo en sangre.
«A pesar de la disminución de las concentraciones de plomo en sangre en los últimos 30 años, la exposición ambiental al plomo sigue siendo un problema de salud pública», escribió el equipo de la doctora Naila Khalil, de University of Pittsburgh en Pennsylvania.
Los resultados de la investigación fueron publicados en la versión en internet de la revista Environmental Health de BioMed Central.
«El plomo es un metal tóxico y nuestros resultados se suman a las evidencias de los efectos adversos del plomo en la salud, como ocurrió en una cohorte de más edad que había sufrido una exposición ambiental histórica mayor al metal», declaró Khalil por escrito.
Los resultados de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición en Estados Unidos (2001-2002) indican que los niveles de plomo en sangre promedio bajaron notablemente (a 1,45 microgramos por decilitro) con respecto de encuestas previas.
Las participantes del estudio de Khalil eran parte de un estudio previo realizado entre 1986 y 1988 y, por lo tanto, vivían cuando aún se usaba plomo en las pinturas, los sistemas de distribución de agua y el combustible.
Las concentraciones promedio de plomo en la sangre de las pacientes eran de 5,3 microgramos por decilitro; algunas tenían hasta 21 microgramos por decilitro.
En los 12 años de seguimiento, 123 murieron; ellas tenían un nivel promedio de concentración de plomo en sangre levemente más alto que las que sobrevivieron (5,56 frente a 5,17 microgramos por decilitro).
Muchos factores favorecen el desarrollo de la enfermedad cardíaca y, para los autores, el nuevo estudio demuestra que la exposición al plomo sería uno de esos.
«Aunque el daño ya existe en algunos adultos mayores, es importante reconocer el perjuicio que puede producir la exposición ambiental al plomo», sostuvieron.
«Debemos estar atentos y asegurarnos de minimizar la contaminación con plomo para el bien de la salud de las próximas generaciones», concluyó el equipo.
FUENTE: BMC Environmental Health 2009