Con el inicio de la época de lluvias, se incrementa el riesgo de que surjan los casos de dengue, que es una enfermedad transmitida por el mosco Aedes Aegpti que se reproduce en el agua estancada.
Cuando el mosco está infectado y pica a una persona, deposita algunos de los cuatro serotipos de los virus que desencadenan la enfermedad. La enfermedad se manifiesta como una gripa y malestar general por lo que también se le llama quebrantahuesos por el dolor óseo, muscular y de cabeza que provoca, acompañado de fiebre.
Cuando es del serotipo uno, se autolimita y en pocos días desaparece, e incluso se confunde con una gripa común, pero cuando es dengue hemorrágico, el paciente tiene alteraciones de órganos vitales, hepatitis y disminución de plaquetas, lo que puede provocar hemorragias, sobre todo si las plaquetas se reducen a menos de 50 ó 30 mil por milímetro cúbico de sangre (lo normal es entre 250 y 350 mil). El sangrado se da en cualquier parte del organismo, incluso en el cerebro. Ante esa situación, debe solicitar atención médica de inmediato para evitar que se ponga en riesgo su vida.
Las autoridades señalan que en México circulan los cuatro serotipos existentes de dengue, y el hecho de padecerlo en alguna ocasión no se traduce en inmunidad, pues puede contraerse alguno de los otros serotipos. Por ello cuando surge un caso en una familia, es importante seguir medidas de prevención para evitar que se presente una segunda infección.
Entre las medidas que se recomiendan destacan evitar la acumulación de agua en cacharros o llantas viejas, vigilar que no se formen criaderos de moscos, evitar la automedicación y acudir al médico en caso de presentar los síntomas de esta enfermedad, como son malestar general, dolor de cabeza intenso atrás de los ojos, fiebre y ronchas.