Con el inicio de la temporada de calor aumenta el riesgo de consumir alimentos sin la adecuada higiene o mal refrigerados, lo que facilita la formación de bacterias y el surgimiento de problemas gastrointestinales y la aparición de diarreas.
Problemas que pueden afectar a cualquier persona, sin importar la edad o posición social, pues los problemas de higiene pueden estar presentes en cualquier sitio.
Cuando se presentan padecimientos gastrointestinales, es importante acudir al médico a fin de que diagnostique la causa del problema, además de seguir sus indicaciones sobre el tratamiento. Pero igualmente relevante es cuidar de no sufrir una deshidratación por la pérdida de líquidos, que llega a ser mortal en el caso de la población más vulnerable como son los niños y los ancianos.
En el caso de los bebés es importante que la madre esté pendiente de los síntomas que podrían indicar un caso delicado de deshidratación, por ejemplo llanto sin lágrimas, falta de apetito, disminución de orina, fiebre alta y pérdida de peso. En caso necesario es administrarle abundantes líquidos y usar los sobres de Vida Suero Oral, que se distribuyen sin costo en las unidades médicas oficiales.
Para evitar las diarreas, los médicos recomiendan son preparar en forma higiénica los alimentos, pero sobre todo mantener su buena conservación, es decir, refrigerarse pues con las altas temperaturas se descomponen y se convierten en un foco de infección de bacterias.
Asimismo es importante que la personas que prepare los alimentos se lave las manos antes de cocinarlos y que desinfecten con cuidado las frutas y verduras, además de usar agua hervida o embotellada. Igualmente es recomendable evitar ingerir alimentos en puestos callejeros y lavarse las manos antes de comer y después de ir a baño.