Los fumadores suelen decir que necesitan un cigarrillo para calmar sus nervios, pero un estudio británico halló que los niveles de estrés crónico pueden bajar después de que una persona abandona el hábito.
Un estudio entre 469 fumadores que intentaron dejar de fumar después de ser internados por enfermedad cardíaca identificó que aquellos que se alejaban de los cigarrillos por un año reportaban un menor nivel de estrés.
Los nervios prácticamente no sufrieron cambios en los pacientes cardíacos que volvieron a fumar, de acuerdo a los investigadores.
El estudio, apoyó la teoría de que, al menos para algunas personas, fumar agrava el estrés crónico.
Los fumadores a menudo ven a los cigarrillos como una herramienta para manejar el estrés y los ex fumadores a veces vuelven a fumar con la idea de que eso los ayudará a soportar un evento angustiante en su vida, comenta el investigador.
Sin embargo, los estudios demostraron que los no fumadores tienden a reportar un menor estrés que los fumadores.
La razón de esa diferencia no está muy clara, pero podría significar que las personas más propensas al nerviosismo tienen más probabilidad de asumir el hábito.
Por otro lado, fumar puede generar estrés a largo plazo, incluso si las personas sienten que les proporciona un alivio temporal de situaciones difíciles.
El estudio halló que la mayoría de los 469 fumadores -el 85 por ciento- creían al comienzo del seguimiento que el cigarrillo les permitía lidiar con el estrés en alguna medida. La mitad dijo que el hábito los ayudaba -mucho- a soportar los nervios.
Pero un año más tarde, los participantes fueron nuevamente interrogados y el 41 % no había vuelto a fumar.
En promedio, el equipo encontró que los no fumadores mostraban una reducción del 20 por ciento en sus niveles reportados de estrés, mientras que los pacientes que habían vuelto a fumar tenían pocos cambios en la percepción acerca de sus nervios.
La relación entre no fumar y el menor estrés se mantuvo cuando los investigadores consideraron factores como la edad y educación de los pacientes, la cantidad de cigarrillos que fumaban antes de dejar y cuán altos estaban sus niveles de estrés al comienzo del estudio.
Los investigadores dijeron que los resultados apoyaban la idea de que la dependencia al cigarrillo es en sí misma una fuente crónica de estrés.
Cuando los fumadores dependientes no pueden fumar, debido a que el período sin cigarrillos se extiende, tienden a sentirse mucho más tensos, irritables e incómodos.
El cigarrillo alivia ese estado estresante y ésta es probablemente la principal razón por la cual los fumadores creen que fumar los reconforta.
Una persona que fuma 20 cigarrillos al día, por ejemplo, atraviesa 20 situaciones estresantes por día, cuando sus niveles de nicotina en el cuerpo caen. Una vez que la persona deja de fumar -y supera el período inicial de abstinencia-, tendrá 20 momentos menos de estrés.
El estudio sugiere que dejar de fumar puede no sólo beneficiar la salud física del fumador, sino también su bienestar mental.
Dejar el cigarrillo ayuda a reducir el estrés
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