La mayoría de las madres mexicanas, que son económicamente productivas, padecen en algún grado culpa, precisamente por trabajar y no ofrecer a sus hijos más tiempo. «Cuando acuden a terapia psicológica no se conciben como buenas mamás. Sienten que le están fallando a sus hijos porque no están presentes durante gran parte del día. Piensan que sus pequeños son hijos de las guarderías. Esto les genera remordimiento, y en ocasiones, promueve que las mujeres sean demasiado consecuentes con sus pequeños: no les ponen límites y eso a futuro es una bomba emocional, como Síndrome del Emperador», explicó la Mtra. Claudia Sotelo Arias, directora del Centro de Especialización en Estudios Psicológicos en la Infancia (CEEPI).
La especialista afirmó que por un lado, las mujeres no pueden ni quieren renunciar a su vida profesional o laboral, pero por otro lado desean estar más tiempo con sus hijos: «Existe otro grupo de mujeres que sí optaron por renunciar a su trabajo. Lo que sucede, en muchísimas casos, es que sienten sacrificadas y eso generará frustración en ellas y transmitirán culpas en los niños, porque sabemos que ‘el sacrificio’ de las madres produce chantajes a futuro a los hijos», dijo.
¿Qué hacer entonces? Al respecto la maestra Sotelo Arias explica que es necesario que las mujeres que tienen el privilegio de ser madres comprendan que en la vida hay tiempo para realizar todo lo que está a su alcance. «Por las etapas del desarrollo psicológico infantil sabemos que los primeros cinco años de vida son fundamentales. De ahí se construirá la personalidad que regirá al ser humano el resto de su vida. En esta etapa las madres deben estar presentes sino con tiempo, sí con calidad. Después de ese lapso los niños se vuelven más autónomos y es el momento para que las madres emprendan nuevas metas y tareas», comento la Mtra. Lourdes Morales Carrillo, miembro de CEEPI, psicoanalista y Especialista en Evaluación y Perfiles de Riesgo e Intervención en Crisis Familiares.
En ese sentido, Morales Carrillo precisó que los especialistas y profesionales de la salud mental (psicólogos, pedagogos e incluso maestros) deben estar atentos para detectar estos conflictos en las madres e intervenir a tiempo, ya que de lo contrario los niños podrían desarrollar trastornos emocionales.
Fuente: CEEPI