La presencia de contaminantes en el agua como metales pesados, metaloides y fluoruros puede ser la causa de enfermedades que afectan la salud de la población infantil en la región centro-norte del país. Al participar en el Seminario “Vivir con Agua. México y Holanda, compartiendo Experiencias”, la maestra en Ciencias Laura Arreola Mendoza, indicó que se han detectado casos de niños de entre 6 y 12 años de edad que muestran daño renal, y este fenómeno está asociado a un problema de fluorosis en el agua de los mantos freáticos.
La maestra Arreola mencionó que algunos análisis señalan que la prevalencia de insuficiencia renal crónica en niños es de hasta 700 casos por millón de habitantes, cuando la media nacional e internacional es de 70 casos por millón.
Durante la conferencia “Contaminación de agua potable por metales pesados, posible relación con la enfermedad renal crónica”, la académica Arreola Mendoza dijo que en algunas entidades del norte y centro de México el agua presenta una alta concentración de sales y otras sustancias dañinas al organismo humano.
Apuntó que en dicha región del país hay un estrés hídrico, es decir, una baja en la disponibilidad del vital líquido en los acuíferos, ríos y pozos, frente a una alta demanda del agua, y aunado a los efectos del cambio climático, provoca la presencia de diferentes enfermedades.
La ingesta de agua contaminada, afecta a los grupos vulnerables, como es el caso de los niños que desarrollan insuficiencia renal crónica, así como otros males que son: hiperqueratosis, cáncer de piel o cáncer de vejiga.
La maestra Arreola Mendoza, jefe del Departamento de Biociencias en Ingeniería, del Centro Interdisciplinario de Investigaciones sobre el Medio Ambiente y Desarrollo del IPN, comenta que en el país hay niveles distintos de contaminación del agua y ésta puede contener metales pesados, metaloides y fluoruros, por lo que puede estar contaminada con cromo, cadmio, plomo y arsénico.
Durante su ponencia, la especialista resalto la necesidad de impulsar programas de análisis y mejoramiento de la calidad del agua de los mantos freáticos y aguas subterráneas, con lo cual se podrá evitar la propagación de daños graves a la salud de la población y particularmente en la de los niños.