El mismo tipo de partículas que se emplea en las colisiones en el Gran Acelerador de Hadrones del Centro Europeo de Física de Partículas (CERN) es usado en nuevos tratamientos contra el cáncer, por su elevado costo lo circunscribe a pocos hospitales.
Por ello, el reto de los científicos es construir pequeños aceleradores de partículas para producir haces de protones que eliminan las células cancerígenas de forma más eficiente que la radioterapia.
Rolf-Dieter Heuer, director del Gran Acelerador de Hadrones del Centro Europeo de Física de Partículas, explicó en la Conferencia Internacional de Investigación en Radiología Oncológica, que se celebra en Ginebra, que el objetivo es saber qué necesita la medicina y después ver qué es lo que se puede desarrollar.
En los tratamientos contra el cáncer que usaban rayos X se han sustituido por otros que utilizan haces de protones, que se convierten en un bisturí mucho más preciso y efectivo, aunque tienen inconvenientes, ya que al entrar en el cuerpo el recorrido de la radiación de estas partículas puede afectar tanto a las células cancerígenas como a las sanas.
Por ello, el Gran Acelerador de Hadrones del Centro Europeo de Física de Partículas busca desarrollar nuevos tratamientos empleando antiprotones, para así minimizar el efecto de la radiación sobre las células no afectadas. Si estas prácticas se validan para un uso clínico contra el cáncer la primera aplicación tardará al menos 10 años.
Lo importante es construir aceleradores más pequeños y baratos para que cada hospital pueda tenerlos en una sala de tratamiento.
Rolf-Dieter Heuer defendió la labor de este laboratorio en la investigación fundamental y recordó que algunos de los experimentos tienen un enfoque médico.
Por su parte, el profesor de Oncología en la Universidad de Wisconsin, Soren Bentzen, quien también participa en la conferencia, lamentó que muchos de los medicamentos que se utilizan para tratar esta enfermedad sean excesivamente caros, por lo que en algunas ocasiones los pacientes no reciben el tratamiento más adecuado.
Bentzen aseguró que una investigación para producir un medicamento de este tipo puede costar unos mil millones de dólares, también abogó por una personalización del tratamiento del cáncer.