La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, que se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, es decir de las coyunturas y que puede afectar al resto del organismo. Los principales puntos que afecta son las muñecas, dedos de las manos, rodillas, tobillos y pies.
La artritis reumatoide afecta a 3 de cada mil personas en el mundo, dos tercios de ellas son mujeres de entre 30 y 50 años de edad, se calcula que en México hay 3 millones de pacientes.
En muchos casos, se asocia con el denominado Síndrome de Sjögren, que ocasiona una disminución de las secreciones como la saliva, moco en el tracto respiratorio y resequedad en ojos, nariz y boca.
La enfermedad se manifiesta con síntomas como: fatiga, rigidez matutina, dolores musculares, pérdida de apetito y debilidad.
Hasta ahora se desconoce la causa de esta enfermedad, sin embargo se sabe que hay una predisposición genética, así como factores hormonales.
Para diagnosticar la artritis reumatoide, los especialistas recurren a radiografías y a un examen de sangre denominado “Examen de Anticuerpos Antipéptido Citrulinado Cíclico», que permite detectar anticuerpos que están presentes en el flujo sanguíneo. La artritis reumatoide se diagnostica también mediante estudios radiológicos.
Cuando los sintomas se van agudizando con el tiempo y los pacientes empeoran, enfrentan dificultades para caminar, hablar o realizar tareas sencillas.
La artritis reumatoide no tiene cura, sin embargo existen tratamientos que permiten a los pacientes reducir la inflamación y controlar la evolución de la enfermedad. Por lo general los tratamientos consisten en fármacos especializados como antireumáticos, y antiinflamatorios, así como el seguir ejercicios y en algunos casos, cirugía para corregir las articulaciones severamente afectadas.