Las vacunas protegen a los niños de enfermedades potencialmente letales, los niños que reciben una vacuna combinada conocida como DTaP-IPV-Hib no experimentan un aumento significativo en el riesgo de convulsiones febriles, un tipo de convulsión provocado por la fiebre, en la semana posterior a la vacunación, informan investigadores de Dinamarca.
La vacuna protege a los niños de cinco enfermedades potencialmente letales: la difteria, el tétanos, la pertussis (tos ferina), la polio y la Haemophilus influenzae tipo b, una bacteria que provoca meningitis.
El estudio no encontró una asociación entre la convulsión febril y el desarrollo de epilepsia, un trastorno convulsivo, éstos datos indican que no hay un riesgo significativo asociado con la vacuna combinada DTaP-IPV-Hib, asegura el Dr. Gary Freed, director de la unidad de evaluación e investigación de la salud infantil de la Universidad de Michigan, en Ann Arbor, no hay un mayor riesgo de epilepsia, y no se mostraron diferencias en el riesgo de convulsiones febriles en los siete días posteriores a la inmunización entre los que fueron vacunados y los que no.
El estudio aparece en la revista Journal of the American Medical Association.
Según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidente Cerebrovascular de EUA, alrededor de uno de cada 25 niños, sobre todo entre los seis meses y cinco años de edad, sufren de al menos una convulsión febril. Por lo general, las superan a medida que crecen.
El nombre completo de la vacuna DTaP-IPV-Hib es «difteria-toxoides de tétanos-pertussis acelular-poliovirus inactivado-Haemophilus influenzae tipo b». En el estudio, investigadores de la Universidad de Aarhus analizaron los expedientes de casi 400,000 niños que recibieron la vacuna combinada.
En Dinamarca, los niños reciben la vacuna combinada a los 3, 5 y 12 meses. La programación de vacunas de EUA indica dosis iniciales a los 2, 4 y 6 meses, y una versión ligeramente distinta de la vacuna contra la pertussis.
Poco más del 2% de los niños (7,811) fueron diagnosticados con convulsiones febriles antes de los 18 meses. Los investigadores hallaron un ligero aumento en el riesgo de convulsiones febriles el día de la primera y la segunda dosis de vacuna, pero no el día de la tercera dosis.
Y en general, los niños no tenían un mayor riesgo de convulsiones febriles en la primera semana tras la vacuna en comparación con un grupo de niños que no habían sido vacunados en la semana anterior. El riesgo absoluto de cualquier niño en particular de sufrir de una convulsión febril permaneció bajo, alrededor de uno por cada 25,000 niños vacunados.
Los expertos señalan que es esencial que los padres vacunen a sus hijos según la programación para proteger a los niños, y a los que los rodean, de enfermedades potencialmente devastadoras.
Encuestas con los padres y otras investigaciones han documentado un grupo considerable de padres que desconfían de las vacunas y que no vacunan a sus hijos o no lo hacen según la programación recomendada.
A principios del siglo XX, 16 de cada 100 niños morían de una enfermedad infecciosa antes de los 5 años, ya no es así, y las vacunas son el motivo. Padres, por favor no le den la espalda a esta protección.