Hasta hoy el procedimiento mas sencillo, seguro y al mismo tiempo definitivo para evitar los embarazos es la vasectomía.
Este es un procedimiento que se realiza en los varones y que consiste en cortar y ligar los conductos deferentes, que son los encargados de transportar los espermatozoides desde los testículos hacia la próstata y vesículas seminales, a fin de que se mezclen con el semen antes de salir al exterior.
El procedimiento es relativamente sencillo y rápido, pues sólo requiere de una incisión extremadamente pequeña en el escroto (la piel que recubre los testículos) que puede cerrarse por sí sola. Su duración es de alrededor de 30 minutos y es ambulatorio, es decir el paciente puede retirarse de inmediato y por su propio pie.
Los especialistas señalan que el paciente únicamente debe seguir algunos cuidados como usar preservativo o algún método anticonceptivo con su pareja durante algunas semanas, pues existe el riesgo de que los espermatozoides que quedan en los conductos deferentes pudieran ocasionar un embarazo.
Pese a su eficacia, que es del 99%, este procedimiento genera temores entre los hombres. Por ello en México se realizan apenas 26 mil por año, esto es uno, por cada 7 cirugías de esterilización a las que se someten las mujeres.
Los urólogos señalan que la vasectomía no genera ningún tipo de efectos sobre la virilidad, ya que los testículos siguen produciendo testosterona de manera normal en tanto que los espermatozoides, que ya no tienen salida, son absorbidos por el propio organismo. La vasectomía tampoco afecta el apetito sexual pues no es una castración y el paciente puede tener eyaculaciones normales porque el semen se sigue produciendo.
Asimismo, los especialistas desmienten algunas falsas creencias que indican que este procedimiento provoca pérdida de peso, disfunción eréctil e incluso cáncer de próstata. Pero advierten que por tratarse de un método permanente es necesario que quienes se someten a él, estén totalmente decididos a no tener hijos, aunque hoy en día es posible revertir la cirugía en caso de un cambio de opinión.