Utilizando un virus inofensivo para el ser humano, investigadores del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, en EUA, lograron generar electricidad, la suficiente como para encender una pantalla pequeña de cristal líquido.
Al pulsar un electrodo, del tamaño de un sello postal y recubierto con una fina capa de virus específicamente diseñados genéticamente, se puede convertir la fuerza que imprime nuestro dedo en energía.
Esto se logra gracias a las propiedades piezoeléctricas de un material biológico, en este caso un virus, esta característica consiste en la capacidad en la que un sólido acumula una carga eléctrica en respuesta a una tensión mecánica.
El virus utilizado es el bacteriófago M13, que sólo ataca a bacterias, por lo que es inofensivo para las personas. Este virus se puede manipular genéticamente con facilidad. Además por tratarse de este tipo de organismos se puede tener un suministro constante, ya que se reproducen por millones en cuestión de horas.
Para crear el generador, los investigadores apilaron varias películas compuestas de capas individuales del virus M13. 20 capas de espesor fueron las que mayor efecto piezoeléctrico mostró. Ésta se intercaló entre dos electrodos revestidos de oro, conectados a una pantalla de cristal líquido.
Cuando se oprimió el generador, se produjeron 6 nanoamperios y 400 milivoltios de potencial.
El desarrollo de dispositivos como el logrado permitiría aprovechar los movimientos habituales donde se ejerce una tensión, como subir las escaleras, para producir energía eléctrica.
Se espera crear generadores personales de energía para usarlos en nanodispositivos.