El principal tribunal de la Unión Europea prohibió patentar cualquier proceso con células madre que implique destruir un embrión humano, lo que según algunos científicos supone un revés devastador para un campo emergente de la investigación médica.
Los investigadores temen que esta sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea entorpezca el desarrollo en un área de la ciencia que podría proporcionar los medicamentos del siglo XXI para varias enfermedades, desde el Parkinson hasta la ceguera.
El Centro Europeo para la Ley y la Justicia, un grupo cristiano con sede en Estrasburgo, se mostró satisfecho con la decisión judicial, afirmando que «protege la vida y la dignidad humana en todas las fases del desarrollo».
La tecnología con células madre es controvertida, porque algunas líneas celulares se obtienen de embriones. La decisión del Tribujan de Justicia de la Unión Europea apoya ahora una amplia protección de los embriones humanos al bloquear las patentes.
«Un proceso que suponga la extracción de una célula madre de un embrión humano en la fase de blastocisto, entrañando la destrucción de ese embrión, no se puede patentar».
La fase de blastocisto es aquella justo antes de la implantación en el útero, cuando el embrión consta de entre 80 y 100 células.
El tribunal afirmó que la sentencia refleja la legislación europea, que protege los embriones humanos. Una directiva europea sobre patentes de biotecnología pretende «excluir cualquier posibilidad de patentar algo si el respeto por la dignidad humana pudiera por ello verse afectada».
El dictamen se refiere a un método inventado por Oliver Brüstle, de la Universidad de Bonn, para convertir células madre de embriones humanos en células nerviosas. El investigador lamentó la decisión.
«Significa que en Europa se puede hacer investigación de base, pero que los avances que se deriven de ello no pueden ser aplicados en Europa», dijo Brüstle. «De tal forma que investigadores europeos pueden preparar estas cosas, pero otros recogerán los frutos en Estados Unidos o Asia. Es deplorable», agregó el investigador.