Científicos británicos encabezados por el Dr. Robin Ali de la Universidad de Londres y el Consejo de Investigación Médica del Reino Unido lograron restaurar la visión de ratones ciegos con un trasplante de células en la retina.
Lo hicieron inyectando fotoreceptores, que son las células especializadas de la retina que recubren la superficie interior del ojo y se encargan de convertir la luz en impulsos nerviosos que son enviados al cerebro.
Las células fotoreceptoras trasplantadas se integraron en la retina del adulto.
La pérdida de fotoreceptores es la principal causa de ceguera en muchas enfermedades oculares humanas, como la degeneración macular vinculada a la edad, la retinitis pigmentosa y la ceguera vinculada a diabetes llamada retinopatía diabética .
Los investigadores creen que este tipo de trasplante puede conducir a nuevos tratamientos que restauren la visión a millones de pacientes que sufren estos trastornos.
El estudio aparece publicado en la revista Nature.
Hay dos tipos de células fotoreceptoras, los conos y los bastones, y cada uno de éstos contribuye a utilizar la información que llega al ojo para convertirla en una representación visual, es decir, en la visión.
Se pensaba que una vez que se pierden los fotoreceptores ya no podían reemplazarse. Pero este estudio demuestra que sí es posible restaurar su función.
Los científicos llevaron a cabo pruebas con ratones que tenían enfermedades oculares degenerativas similares a las que desarrollan los humanos debido a la pérdida de fotoreceptores funcionales.
En el estudio los científicos inyectaron directamente células fotoreceptoras de ratones jóvenes y sanos en las retinas de ratones adultos que carecían de bastones funcionales.
Los fotoreceptores de bastón son particularmente importantes ya que permiten procesar la información visual en la oscuridad debido a su extrema sensibilidad incluso en los niveles más bajos de luz. Después de un período de entre cuatro y seis semanas, los científicos observaron que las células trasplantadas -que eran inmaduras- comenzaron a funcionar casi tan bien como los fotoreceptores de bastón normales, y ya habían formado las conexiones que se necesitan para transmitir la información visual al cerebro.
Para comprobar su funcionalidad los investigadores probaron la vista de los ratones en un laberinto iluminado con luz tenue. Observaron que los que habían recibido el trasplante de bastones pudieron utilizar una clave visual que se les presentó para encontrar rápidamente una plataforma escondida en el laberinto.
Los ratones que no habían sido tratados sólo pudieron encontrar la plataforma después de una extensa búsqueda en el laberinto.
Si se confirman los resultados de la nueva investigación esto podría conducir a tratamientos para millones de personas afectadas con trastornos oculares degenerativos.
El Dr. Ali comenta que esperan poder replicar pronto este resultado exitoso con fotoreceptores derivados de células madre embrionarias y eventualmente llevar a cabo ensayos en humanos.