Los resultados de un nuevo estudio son una buena noticia para los amantes del café: sugieren que los adultos de mediana edad que beben una taza de esa bebida regularmente tendrían menor riesgo de desarrollar demencia con el paso de los años.
Se desconoce aún si el café en sí merece llevarse todos los créditos, pero los autores indicaron que los resultados sugieren por lo menos que los consumidores de café pueden disfrutar de la taza matinal «sin problemas de consciencia».
El estudio halló que entre los 1.400 adultos en Finlandia controlados durante 20 años, los que bebían entre tres y cinco tazas de café por día a mediana edad eran entre dos y tres veces menos propensos que los no bebedores de café a desarrollar demencia, incluido el Alzheimer.
Los resultados, publicados en Journal of Alzheimer’s Disease, se suman a evidencias previas de que los bebedores de café tienen menos riesgo de desarrollar varias enfermedades, como el Parkinson, ciertos cánceres y la diabetes.
Pero nadie recomienda que las personas comiencen a tomar café para prevenir enfermedades. Los investigadores ignoran si son los componentes del café, como la cafeína o ciertos antioxidantes, o algo más en los consumidores lo que podría explicar las nuevas observaciones.
El estudio fue epidemiológico, explicó el autor principal, Marjo H. Eskelinen, lo que significa que puede detectar una asociación entre el café y el riesgo de demencia, pero no puede probar una relación causa-efecto.
Aun así, «los resultados abren la posibilidad de que las intervenciones alimentarias modifiquen el riesgo de demencia», dijo Eskelinen, doctorando de la Universidad de Kuopio, en Finlandia.
Para los investigadores, existen pocos motivos por los que el café ayudaría a prevenir la demencia. Uno está asociado con el hecho de que los consumidores de café tienen menos riesgo de desarrollar diabetes tipo 2. La diabetes, a la vez, está relacionada con el riesgo de demencia.
El café contiene también sustancias químicas herbales, como el ácido clorogénico, que actúan como antioxidantes y protegerían a las células del daño que sufren en el tiempo.
En tanto, la cafeína tendría un efecto protector sobre las células cerebrales porque bloquea los receptores de una sustancia química llamada adenosina, que posee efectos depresivos en el sistema nervioso central.
Aunque aún se necesitan más estudios para determinar si el café posee un efecto realmente protector, por ahora Eskelinen aseguró que «las personas que consumen café pueden seguir haciéndolo sin problemas de consciencia».
FUENTE: Journal of Alzheimer’s Disease, abril del 2009