Inmunizar a los perros en vez de producir más vacunas para tratar a los pacientes con rabia es la mejor manera de enfrentar una enfermedad que provoca la muerte de una persona cada 10 minutos, sobre todo en países en vías de desarrollo.
Un nuevo programa apoyado por la Organización Mundial de la Salud y la Fundación Bill and Melinda Gates investigará si ese enfoque ayuda a eliminar el virus en Filipinas, Sudáfrica y Tanzania, dijo el investigador de la OMS Francois Meslin.
Los científicos trabajarán con funcionarios de salud pública y veterinarios locales para aislar perros callejeros y vacunarlos contra la rabia durante cinco años. El objetivo es vacunar a alrededor del 70 por ciento de la población de perros, tanto callejeros como domésticos.
«El método más simple y rentable es inmunizar a los perros, que son los responsables de casi todos los casos de rabia en humanos», dijo Meslin a Reuters en una entrevista telefónica.
«Es mucho menos caro que seguir brindando vacunas a todas las personas expuestas a mordeduras de perros en países donde existe la rabia canina», explicó.
La rabia es un virus altamente infeccioso y casi siempre fatal que puede atacar a todos los mamíferos.
Una vez que empiezan los síntomas no tiene cura, aunque un complejo tratamiento llamado protocolo Wisconsin una vez salvó la vida de una niña de 15 años en el 2004.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de 55.000 personas mueren de rabia por año, sobre todo en países de Asia y Africa con grandes poblaciones de perros callejeros.
Fabricantes de medicamentos como Sanofi-Aventis y Novartis hacen vacunas para personas, pero escasean. Para perros, sin embargo, existe una alta disponibilidad, dijo Meslin.
Un brote de la enfermedad en Angola en los últimos meses provocó la muerte de al menos 93 personas, la mayoría niños, a pesar de los esfuerzos por capturar y matar perros callejeros.
Meslin dijo que sacrificar a los perros no era una buena solución, pues la población animal eventualmente se recupera.
«Cuesta más destruir un perro y deshacerse de su cuerpo que inmunizarlo», dijo.
«Uno de los mayores desafíos es mantener la cobertura de la vacunación en poblaciones caninas, que, generalmente, crecen en número y no suelen estar bien controladas», añadió.
Filipinas, Sudáfrica y Tanzania fueron elegidos porque sus funcionarios de salud han mostrado voluntad para trabajar con otros para atacar el problema, dijo Meslin.
«No se puede hacer en todos lados. Hay que hacerlo donde la salud pública y el sector veterinario están dispuestos a trabajar juntos», señaló.
Hallazgos de un equipo de investigación canadiense publicados la semana pasada en la Revista PLoS Biology, de la Librería Pública de Ciencia, reforzó la idea de que centrarse en los perros mascota era el enfoque adecuado.
Jonathan Dushoff, de la McMaster University, y sus colegas usaron un modelo de computadora basado en datos de brotes de la enfermedad en dos distritos de Tanzania, que mostraron un nivel sorprendentemente bajo de transmisión de perro a perro.
Esto sugiere que los esfuerzos concertados para inmunizar sólo a las mascotas podría en teoría eliminar la enfermedad, dijeron.
«Con un compromiso sostenido e internacional, la eliminación global de la rabia en las poblaciones de perros domésticos es una meta realizable», escribieron.