Muchas parejas aplican el oído selectivo para ignorar lo que no quieren escuchar.
Cuántas veces no hemos escuchado el reclamo de «¡es que nunca escuchas lo que digo!».
Ahora científicos dirigidos por el Dr. Edward Chang, profesor de neurocirugía de la Universidad de California en San Francisco en EUA, lograron entender cuáles son los mecanismos de este «oído selectivo», cuando oímos sólo lo que queremos escuchar e ignoramos lo que no nos conviene oír.
Descubrieron que el cerebro puede utilizar filtros que permiten seleccionar sonidos en ambientes ruidosos, como la conversación de una sola persona en una fiesta o una multitud, e ignorar el resto.
El estudio, es un avance importante en el entendimiento de cómo el cerebro humano procesa el lenguaje. Desde hace tiempo se sabe que los seres humanos somos capaces de escuchar selectivamente, incluso se ha acuñado un nombre para este proceso, el «efecto de la fiesta de coctel».
Aunque se conoce esta capacidad humana de extraer un sonido especial en un ambiente sonoro, hasta ahora no se había logrado entender cómo son los procesos que nos permiten llevarla a cabo.
Los mecanismos de cómo funciona este efecto en el cerebro no se conocen con claridad, explica el Dr. Chang, el objetivo es entender cómo el cerebro lleva a cabo este proceso, en qué región cerebral ocurre y que otros factores están involucrados, por ejemplo, qué tan rápido pasa nuestra atención de un hablante a otro.
La investigación fue llevada a cabo con tres pacientes que iban a ser sometidos a cirugía cerebral debido a su epilepsia severa.
Parte de la cirugía involucraba ubicar las regiones del cerebro responsables de las discapacitantes convulsiones causadas por la enfermedad.
Para ello los científicos trazaron un mapa de la actividad del cerebro implantando 256 electrodos debajo del cráneo de los pacientes, sobre la corteza cerebral.
Entre las regiones que registraban los electrodos estaba el lóbulo temporal, la zona cerebral encargada de procesar los sonidos y de nuestra capacidad de escuchar. En el experimento los pacientes debían escuchar dos muestras de habla presentadas simultáneamente, las muestras eran de diferentes frases habladas por diferentes individuos.
Durante la prueba presentamos a los pacientes claves aleatorias para que cambiaran su atención de un hablante a otro o escucharan a uno solo de los hablantes el objetivo era ver qué neuronas se activaban en el cerebro cuando escuchamos sonidos selectivos, cuando sólo ponemos atención en lo que queremos escuchar.
Con estos datos los investigadores desarrollaron un algoritmo para analizar los patrones de actividad cerebral.
Descubrieron que las respuestas neurales en la corteza auditiva sólo se activaban cuando hablaba el individuo que los pacientes debían o querían escuchar.
Y el cerebro ignoraba el resto.
Es lo mismo que ocurre cuando un hombre ignora lo que su esposa le está diciendo a pesar de que esté al lado de ella, esto significa que el cerebro está ignorando la información auditiva que no nos interesa, aunque lo estemos escuchando muy de cerca, y esto nos permite ocuparnos de otros pensamientos que sí nos interesan.
El estudio, agrega el científico, abre la posibilidad de nuevas investigaciones sobre las experiencias subjetivas de la mente, algo que hasta ahora no ha podido ser investigado.
Una de las implicaciones es que cuando envejecemos nuestra capacidad de escuchar en ambientes ruidosos se degrada mucho, así que a medida que logremos entender cómo nuestro cerebro nos permite enfocarnos en ciertos estímulos sonoros ambientales quizás podremos encontrar formas de rehabilitar a las personas con problemas en su capacidad auditiva y a aquéllos con déficits de atención o de lenguaje.