Los antioxidantes son un conjunto de sustancias químicas presentes en los alimentos, casi siempre en los vegetales, que ayudan a combatir o prevenir los daños causados por la oxidación.
En el ambiente y dentro de nuestro cuerpo se generan agentes oxidantes. Se trata de una serie de sustancias ricas en moléculas de oxígeno, pero con la característica de que estas moléculas de O2 se encuentran en versiones muy reactivas, muy poco estables. Es por esto que los agentes oxidantes también se conocen como especies reactivas del oxígeno o radicales libres. Entre ellos destaca el ozono, el óxido de nitrógeno y las grasas oxidadas (rancias).
Cuando un tejido corporal ya sea externo (como la piel, el cabello o las mucosas que recubren ojos, boca, oídos o garganta) o interno se encuentra con un agente oxidante es susceptible de ser atacado. El efecto de padecer esta oxidación se manifiesta como debilidad y resequedad de dicho tejido. Un tejido oxidado pierde humedad, se vuelve reseco e inflexible. Un tejido oxidado es quebradizo y poco flexible. Esto se manifiesta como “envejecimiento prematuro” en los tejidos visibles pues se vuelven más arrugados, deshidratados y por lo tanto menos juveniles.
Otro efecto de la oxidación es la mayor susceptibilidad a las enfermedades infecciosas. Y es que los tejidos debilitados y las membranas resecas y quebradizas no rechazan tan bien los agentes infecciosos como cuando se encuentran flexibles e hidratados. Así son mucho más susceptibles a la entrada de agentes infecciosos: virus, bacterias, hongos o protozoos y tienen una capacidad de recuperación mucho más lenta y menos efectiva.
Finalmente, los agentes oxidantes y su efecto en los tejidos se asocian a las etapas tempranas de algunos tipos de cáncer. Se cree que las células se deterioran en sus procesos reproductivos, perdiendo fragmentos de ADN que se encuentran en los extremos de los genes. Así, con cada copia hay una ligera modificación de la información genética y con el paso de los años se pueden presentar las mutaciones celulares que se asocian al desarrollo de células cancerosas. Recordemos que nuestras células se duplican cada 5 a7 días durante toda la vida.
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