Los pequeños que ganan mucho peso cuando son bebés tienen más posibilidades de convertirse en obesos cuando crezcan, lo que demuestra la importancia de los hábitos alimenticios tempranos, dijeron los investigadores.
Observar a los niños mientras comen fijándose en las señales sobre cuándo estan satisfechos y motivarlos a beber mucha agua podría ayudar a controlar su peso, de acuerdo a dos estudios publicados en la revista Pediatrics.
La tasa de obesidad entre los niños estadounidenses se ha duplicado en los últimos 20 años, y casi un tercio de los niños de Estados Unidos tienen sobrepeso o son obesos.
La epidemia de la obesidad está vinculada a presentar problemas de salud tales como un aumento en el riesgo de tener enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer.
Los investigadores en la Universidad de Harvard y el Children’s Hospital, en Boston, dividió a 559 niños en cuatro grupos basándose en la medición de su peso y estatura al momento de nacer, a los seis meses y a los tres años. Casi uno de cada 10 niños era obeso a los 3.
Aquellos que pesaban más al momento de nacer y aquellos que ganaron casi todo el peso a los 6 meses juntos tienen un 40 por ciento de probabilidad de convertirse en obeso a los 3 años.
«(Esto) sugiere que es la rápida obtención de peso en la infancia la que pone a los niños en riesgo» más que un alto peso en el nacimiento, escribió Elsie Taveras y sus compañeros de investigación.
La obesidad a los 3 años no necesariamente se traduce a una obesidad en la niñez o adultez, pero aumenta el riesgo, dijeron.
Los investigadores de Harvard señalaron que es importante educar a los padres y otros cuidadores para que mejoren la dieta infantil y ayudarlos a reconocer cuándo los niños están satisfechos.
Un segundo estudio publicado en la revista por Rebecca Muckelbauer y sus colegas del Research Institute of Child Nutrition en Dortmund, Alemania, descubrió que una forma fácil para evitar que los niños ganen mucho peso era motivarlos a beber más agua.
Fuentes de agua fueron instaladas en las escuelas en las áreas pobres de Dortmund y Essen, Alemania, y 1.641 estudiantes de segundo y tercer grado fueron instados a que bebieran más agua. Ellos bebieron el equivalente a un vaso de agua diario adicional en comparación a los niños que no recibieron la motivación.
Aquellos que bebieron más agua disminuyeron su riesgo de tener sobrepeso en un 31 por ciento.
Fuente: Universidad de Harvard