Los genes que mantienen las paredes celulares en las levaduras tienen uso en los vertebrados para regular el crecimiento arterial y venoso, y los fármacos antifúngicos dirigidos contra estos genes de levadura son prometedores como agentes contra el cáncer, al interferir con el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos necesarios por los tumores en crecimiento.
Investigadores de la Universidad de Texas en Austin, EUA, habían demostrado previamente que un grupo de genes responsables por el mantenimiento de la pared celular de las levaduras, estaban involucrados en el desarrollo de los vasos sanguíneos en los mamíferos. Se pensó que los fármacos que controlan el crecimiento de las levaduras podrían ser eficaces en situaciones, tales como el crecimiento del tumor, que requieren una acción química para bloquear el desarrollo de nuevos vasos sanguíneos.
Los investigadores informaron en la revista PLoS Biology que el fármaco fungicida y medicamento parasiticida, administrado por vía oral, el tiabendazol (4 -(1H-1,3-benzodiazol-2-il)-1,3-tiazol) fue un inhibidor potente de la angiogénesis en modelos animales y en cultivos de células humanas.
Las imágenes in vivo, a intervalos de tiempo, revelaron que el tiabendazol desarmó reversiblemente vasos sanguíneos ya establecidos, lo que lo marca como un agente vascular perturbador y por lo tanto es un agente terapéutico complementario, potencial, para su uso en combinación con las actuales terapias antiangiogénicas. Además, el tiabendazol retrasó el crecimiento tumoral y disminuyó la densidad vascular en los tumores humanos injertados en ratones.
Fuente: Universidad de Texas