Ha llegado el año nuevo y ¿deseas cambiar ciertos hábitos que sabes, no son buenos para ti?. Los ejemplos son infinitos: fumar, beber en exceso, una relación de co-dependencia, comer demasiado o no hacer ejercicio.
Muchas veces quienes nos rodean son los primeros en darse cuenta de lo nocivo que puede resultar un hábito para nosotros, sin embargo hacemos caso omiso de ello y en ocasiones hasta nos aferramos a no cambiar. Sin embargo, en el fondo de nuestro ser, sabemos que no estamos a gusto con lo que hacemos, que no es lo ideal y sin embargo no somos capaces de abandonarlo.
Una técnica que ha demostrado ser altamente efectiva para modificar los malos hábitos es la intervención motivacional.
La intervención motivacional permite analizar cuales son los poderosos motivos que nos hacen actuar de determinada manera: no fumamos porque sabemos que aumenta nuestro riesgo de tener un infarto, cáncer de pulmón o EPOC; no permanecemos en una relación destructiva porque nos hace sufrir y deteriora nuestra autoestima; no bebemos en exceso para padecer a cruda al día siguiente o para destruir nuestro hígado y tampoco comemos excesivamente para tornarnos obesos y tener una figura poco atractiva. Entonces el primer paso de la intervención motivacional radica en preguntarnos ¿porqué seguimos atados al mal hábito?, ¿qué beneficios aporta a nuestra vida?
Resulta de gran utilidad escribir las respuestas a cada una de las preguntas y es fundamental contestarlas con absoluta sinceridad.
La siguiente pregunta que debemos formularnos es ¿que tanto deseamos seguir con nuestro hábito?, en una escala del 0 al 5. Si la respuesta es 4, es muy difícil que logres abandonar el hábito por la sencilla razón de que no lo quieres hacer. Lo que en realidad deseas es seguir en lo mismo.
Otra prgunta fundamental es ¿qué me desagrada de mi hábito?, ¿qué es lo que me hace sentir desagusto?
La cuarta pregunta sería ¿de que manera me voy a beneficiar si abandono mi hábito?, ¿qué puntos positivos aportará a mi vida dejar el mal hábito?
Y finalmente, debes considerar ¿quién podrá apoyarte cuando finalmente tomes la decisión de abandonar el mal hábito? Ya que es de gran utilidad contar con seres queridos: familiares o amigos, que te ayuden a realizar actividades alternas, que te permitan mantenerte alejado de tu mal hábito.
Para cambiar un habito, es necesario buscar actividades y personas que no estén relacionadas con el mismo, hasta lograr mantenerse alejado de manera individual, sin riesgo de recaer.
Cuando uno considera la intervención motivacional, debe estar conciente de que cada cambio en la vida implica una pérdida, pero debemos tener bien claro que los beneficios del cambio serán mucho mayores que la pérdida que vamos a enfrentar. Además hay que tomar en cuenta lo mucho que perdemos en la vida por seguir atado a nuestro habito nocivo.