El cerebro baila al son que le toquen a medida que envejece, eso concluye un estudio de investigadores de la Universidad Northwestern que compararon adultos de entre 45 y 65 años que tenían experiencia musical o no.
El entrenamiento musical de toda la vida parece otorgar ventajas en al menos dos funciones importantes que se reducen con la edad, la memoria y la capacidad para distinguir el habla en medio del ruido, señaló la Dra. Nina Kraus, coautora del estudio y directora del Laboratorio de Neurociencia de la Audición de la Facultad de Comunicación de la Universidad Northwestern.
La Dra. Kraus y su equipo hallaron que los 18 músicos del estudio lograron resultados mucho mejores en las pruebas de memoria auditiva y en la capacidad para distinguir el habla en ambientes ruidosos, frente a 19 que no eran músicos.
Los hallazgos del estudio aparecen en la edición de la revista PLoS One.
La dificultad para escuchar el habla en medio del ruido se encuentra entre las quejas más frecuentes de los adultos mayores, aunque la pérdida de la audición relacionada con el envejecimiento corresponde únicamente en forma parcial a este impedimento que puede conducir al aislamiento social y a la depresión. El entrenamiento musical ajusta el sistema nervioso.
El sonido es el pan de cada día del músico. Si el material con el que trabaja es el sonido, entonces es razonable suponer que todas las facultades relacionadas con percibirlo, retenerlo en la memoria y relacionarse físicamente con él deben ser más agudas. La experiencia musical potencia elementos que combaten los problemas de comunicación relacionados con el envejecimiento.
Fuente: Northwestern University