¿Si te preocupa lesionarte mientras haces deporte? Piensa en el hecho de evitar posibles lesiones como una regla más del juego, esta regla es la que te impedirá hacerte daño. La prevención abarca desde conocer las reglas del juego hasta utilizar el equipo adecuado, pasando por jugar de la forma más segura posible.
Pero si resulta que has jugado con tu equipo siguiendo las reglas del juego, jugando de forma segura y utilizando el equipo adecuado pero, aún así, te has lesionado. No te preocupes demasiado, es solo el principio del proceso de curación.
Las lesiones deportivas son lesiones que suelen producirse mientras se practica un deporte organizado, en una competencia, una sesión de entrenamiento u otra actividad física. En los jóvenes este tipo de lesiones ocurren por diversas razones, incluyendo un entrenamiento incorrecto, llevar un calzado deportivo inadecuado, no llevar el quipo de protección necesario y el rápido crecimiento que se experimenta durante la adolescencia.
Hay dos grandes categorías generales de lesiones deportivas. La primera es la de las lesiones traumáticas agudas. Suelen producirse a raíz de un solo golpe o de la aplicación de una fuerza aislada, como una mala entrada en un partido de fútbol. Las lesiones traumáticas agudas son: fracturas ,totales o parciales de algún hueso; contusiones, provocadas por golpes directos, que pueden causar inflamación y sangrado en el interior de los músculos y otros tejidos, distensiones, estiramientos o desgarros en un músculo o tendón; esguinces, estiramientos o desgarros de ligamentos, el tejido que refuerza y da estabilidad a la articulaciones, conectando huesos y cartílagos; abrasiones, raspones; laceraciones, cortes en la piel que suelen ser lo bastante profundos como para requerir puntos de sutura.
La segunda categoría de lesiones deportivas son por sobrecarga o de tipo crónico. Son lesiones que se desarrollan durante un período de tiempo prolongado. Las lesiones crónicas suelen estar provocadas por movimientos repetitivos, como los implicados en correr, lanzar cosas por encima de la cabeza o el saque en el tenis. Incluyen: fracturas por sobrecarga en la superficie del hueso a menudo provocadas por una sobrecarga repetitiva, por ejemplo, en los pies de un jugador de baloncesto que salta constantemente en la pista; tendinitis, inflamación de un tendón provocada por su uso repetitivo; epifisitis o apofisitis, lesiones por sobrecarga en el cartílago de crecimiento, es decir, el lugar a partir del cual el hueso puede crecer en longitud durante la infancia y adolescencia.
A menudo se concede menos importancia a las lesiones crónicas que a las agudas. Tal vez te sientas tentado a ignorar ese dolor sordo que tienes en la muñeca o en la rodilla, pero recuerda siempre que solo porque una lesión no sea espectacular no significa que carezca de importancia o que vaya a curarse sola. Si no se trata, lo más probable es que una lesión crónica empeore con el tiempo.