Píldoras “inteligentes” que llevan minúsculos microchips para registrar el uso de medicamentos por parte de los pacientes que las consumen acaban de ser lanzadas en Gran Bretaña y llegarían al mercado en el mes de septiembre. Las píldoras se llaman Helius y servirán para controlar si los enfermos crónicos, que tienen que tomar diversos medicamentos en varios momentos del día, cumplen con la ingesta adecuada de los fármacos.
Andrew Thompson, director ejecutivo de Proteus Biomedical, la empresa que desarrolló estas píldoras inteligentes confirma que lo más importante es que permiten registrar el uso físico real de los medicamentos. El sistema fue probado con cientos de pacientes en varias áreas terapéuticas, en pacientes con tuberculosis, con problemas de salud mental, con trastornos cardiacos, con hipertensión y con diabetes.
¿Cómo funcionan las «smart pills»? Llevan dentro sensores que son tragados con las píldoras, pero podrían ser incorporados a cualquier otro medicamento durante su proceso de elaboración. Más pequeños que un grano de arena y compuestos por ingredientes normalmente presentes en los alimentos, son activados por los ácidos estomacales.
La energía que los sensores necesitan para funcionar es producida por la combinación del entorno ácido del estómago con dos metales presentes en ellos: una pequeña cantidad de cobre y otra de magnesio. Esta combinación da lugar a cierto voltaje, que permite al dispositivo generar señales cuya sintonía se corresponde con el tipo de medicamento ingerido.
Estas señales son a su vez detectadas por otro dispositivo, un parche que se pega a la piel del paciente. Este parche, diseñado para ser usado durante siete días, incluye una batería flexible y un chip que registra la información.
Además, el parche contiene tecnología Bluetooth sin cables, lo que permite transmitir los datos registrados al teléfono móvil de la persona a cargo del enfermo, ya sean sus familiares o su médico.
Con la información recibida, se puede saber qué medicinas ha tomado el paciente y cuándo. Por otro lado, el sistema permite controlar ciertos factores orgánicos, como el ritmo cardíaco, la respiración y la temperatura del enfermo, y mostrar así cómo responde el paciente a la medicación.