Los parches de nicotina, empleados para dejar de fumar, podrían ayudar a mejorar la memoria, de acuerdo con un estudio publicado en la revista Neurology.
Según la investigación, un grupo de personas de 76 años y con un deterioro cognitivo leve recuperó en 46 % su memoria a largo plazo después de un tratamiento de seis meses con parches diarios de 15 miligramos de nicotina, mientras que otro grupo al que se suministró un placebo empeoró en 26% en ese mismo periodo.
«Sin embargo, las personas que sufren una pérdida de memoria leve no deben empezar a fumar o a usar parches de nicotina porque fumar tiene efectos nocivos y una medicación como la nicotina sólo debe ser utilizada bajo supervisión médica», alerta Paul Newhouse, de la Facultad de Medicina de la Universidad Vanderbilt de Nashville y autor principal del estudio.
Según Newhouse, el estudio de la Academia Americana de Neurología, proporciona una base sólida para futuras investigaciones sobre el empleo de nicotina en personas con signos tempranos de pérdida de memoria.
«Aún no sabemos si los beneficios persisten durante largos periodos y si suponen una mejoría significativa», añade el científico.
Ya en el pasado se había demostrado que la nicotina aumentaba la memoria de los exfumadores y varios estudios a corto plazo habían indicado una mejora en la concentración y la memoria de personas afectadas por la enfermedad de Alzheimer.
Pero este último estudio se centró en personas con un deterioro cognitivo leve, un estado que se caracteriza por problemas poco importantes que no implican una discapacidad significativa, a medio camino entre el envejecimiento normal y la demencia.
La nicotina estimula receptores cerebrales involucrados en la capacidad de pensar y memorizar, algunos de los cuales se pierden con la enfermedad de Alzheimer.
El estudio se realizó sobre una muestra de 74 personas no fumadoras con una edad media de 76 años y afectadas por un deterioro cognitivo leve.
La mitad de ellas recibió a diario parches de nicotina de 15 miligramos durante seis meses y a la otra mitad se le suministró un placebo.
Todos los participantes fueron sometidos a pruebas de habilidad mental y de memoria al comienzo del estudio, a los tres meses y a los seis meses.
Después de seis meses, el grupo tratado con nicotina había recuperado el 46 % del funcionamiento normal para su edad de la memoria a largo plazo, mientras que el que recibió un placebo empeoró en 26 %.
Fuente: NIH