El daño cardiovascular causado por un matrimonio infeliz podría ser mayor para las mujeres que para los hombres, según un estudio reciente.
Aunque tanto hombres como mujeres que están en relaciones «difíciles» (las que se caracterizan por discusiones y enojo) eran más propensos a sentirse deprimidos que las parejas más felices, las mujeres en las relaciones problemáticas eran más propensas a desarrollar hipertensión arterial, hipercolesterolemia, hiperglucemia y otros marcadores de lo que se conoce como «síndrome metabólico», afirmó la autora del estudio, Nancy Henry, candidata a doctorado de psicología clínica de la salud en la Universidad de Utah.
Se sabe que el síndrome metabólico aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca, accidente cerebrovascular y diabetes.
Aunque muchos estudios han relacionado un matrimonio malo con una mala salud, Henry dijo que considera que el suyo es el primero en conectar al depresión como una posible ruta a través de la cual los problemas aumentan el riesgo de síndrome metabólico. «La negatividad desencadena la depresión, que se relaciona a su vez con el síndrome metabólico», apuntó Henry. Señaló que esto resulto cierto solo para las mujeres de su estudio.
Para el estudio, entrevistó a 276 parejas de una edad promedio de 54 años, mediante cuestionarios en los que preguntaba sobre los aspectos positivos de la calidad matrimonial como el respaldo mutuo y la posibilidad de compartir, además de aspectos negativos como las discusiones, los sentimientos de hostilidad y no estar de acuerdo sobre temas importantes tales como los hijos, el sexo, el dinero y los suegros. Preguntó sobre los síntomas de depresión.
Las parejas estaban casadas durante 27.5 años en promedio y la mayoría en su matrimonio original.
«Principalmente, se podía afirmar que se trataba de parejas felizmente casadas», aseguró Henry. Alrededor del veinte por ciento de los hombres y el doce por ciento de las mujeres del estudio sufrían de síndrome metabólico (diagnosticados cuando se encontraban presentes tres de los cinco factores de riesgo).
Los hombres tenían tantas probabilidades de deprimirse como las mujeres ante los problemas maritales, pero la relación entre la negatividad, la depresión y el síndrome metabólico solo aplicaba a las mujeres, señaló. En las mujeres, la depresión explicaba el síndrome metabólico, dijo.
No se sabe el motivo exacto, pero Henry especuló que las mujeres tal vez se tomen la negatividad más en serio y se preocupen más que los hombres.
Henry no puede decir específicamente qué tanto riesgo de síndrome metabólico se atribuye a la negatividad. Investigaciones anteriores han relacionado la negatividad en el matrimonio con un mayor riesgo de enfermedad cardiaca tanto en los hombres como en las mujeres.
Esperaba presentar sus hallazgos el jueves en la reunión anual de la American Psychosomatic Society, en Chicago.
Otra investigadora del campo dijo que los hallazgos son interesantes, sobre todo el nuevo enfoque en la depresión como un posible mecanismo a través del cual los problemas influencian al síndrome metabólico.
«El estudio plantea la importancia de aumentar nuestra comprensión de cómo influye la depresión sobre los procesos biológicos que resultan en el síndrome metabólico, y por qué estos procesos podrían ser más intensos en las mujeres que en los hombres», comentó Debra Umberson, profesora de sociología de la Universidad de Texas en Austin.
Umberson afirmó que los hallazgos concuerdan con sus investigaciones, que han encontrado un efecto intenso de los problemas maritales en la salud de la pareja. Pero el hallazgo sobre la diferencia sexual difiere en su investigación. «Básicamente, encontramos que los problemas maritales socavan la salud de hombres y mujeres», dijo, y añadió que tal vez los hombres del estudio de Henry veían su salud afectada de una manera distinta.
Henry apuntó que se necesita más investigación para determinar cómo encaja todo.
Mientras tanto, Umberson aconsejó «elija a su pareja con cuidado. Un matrimonio con problemas es malo para la salud». Si ya hay problemas, enfatizó, enfóquese en reducir el conflicto.
Fuente: HealthDay, Agencia de Noticias médicas de Estados Unidos.