El toner de algunas impresoras contamina igual que el humo del cigrarrillo.
Un grupo de investigadores del Programa de Salud y Calidad del Aire de la Universidad Tecnológica de Queensland, en Australia, advierte que prohibir que se fume en lugares cerrados no acaba con el problema de contaminación y trastornos respiratorios. Al parecer, en las oficinas donde se utiliza impresoras láser, existe el mismo número o más de partículas tóxicas que en las oficinas donde se fuma.
Se estudió durante 48 horas la concentración de las partículas dentro y fuera de una oficina con aire acondicionado y bien ventilada en un edificio para «no fumadores» en la ciudad de Brisbane y se descubrió que había mayor concentración de partículas dentro que fuera de la oficina y que ésta era cinco veces más alta en horas de trabajo.
Los investigadores llegaron a la conclusión de que el «toner», que algunas impresoras láser que tienen mucho tiempo funcionando, usan para imprimir, esparce la tinta como una especie de polvo muy fino que se pega tanto en los muebles y las paredes como en la nariz, la garganta y los pulmones de las personas, ocasionando trastornos pulmonares y cardiovasculares.
Fuente: Primero Noticias, Martha Guzmán