Habilidades para teclear rápidamente sin pensar

El automatismo, que es la capacidad de realizar acciones sin pensamiento ni atención conscientes


El cerebro entrena a los dedos para que vuelen sin pensamiento consciente, sugiere un estudio realizado por la Dra. Kristy Snyder, de la Universidad de Vanderbilt en Nashville, EUA.

Los mecanógrafos muy hábiles en realidad tienen problemas para identificar las posiciones de muchas teclas en un teclado QWERTY estándar, lo que sugiere que la mecanografía conlleva mucho más que el aprendizaje de memoria.

El nuevo estudio demuestra que somos capaces de hacer cosas extremadamente complejas sin saber explícitamente lo que hacemos, asegura la Dra. Snyder.

Snyder y sus colaboradores pidieron a 100 personas que completaran una breve prueba mecanográfica. Se les mostró un teclado en blanco y se les dio 80 segundos para que escribieran las letras en las teclas correctas. En promedio, los participantes eran mecanógrafos eficientes, produciendo 72 palabras por minuto con una precisión del 94%.

Pero cuando se les preguntó, solo pudieron colocar con precisión un promedio de 15 letras en el teclado en blanco, el estudio aparece en la revista Attention, Perception, & Psychophysics.

A los investigadores no les sorprendió que a los participantes les fuera tan mal al identificar letras específicas en un teclado en blanco. Hace mucho que los científicos saben del automatismo, que es la capacidad de realizar acciones sin pensamiento ni atención conscientes. Esos tipos de conductas son comunes en la vida cotidiana y abarcan desde atarse los cordones de los zapatos y hacer café hasta el trabajo en las líneas de producción, montar en bicicleta y conducir un coche.

Suponían que la mecanografía también caía en esa categoría, pero esto no se había evaluado, a los investigadores sí les sorprendió hallar que los mecanógrafos nunca parecen memorizar las posiciones de las teclas, ni siquiera cuando aprenden a mecanografiar por primera vez.

Parece que no solo no sabemos gran cosa de lo que estamos haciendo, sino que no podemos saberlo porque no aprendemos a hacerlo conscientemente en primer lugar.

Fuente: Vanderbilt University

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