En el verano, las vulvovaginitis son más frecuentes y las probabilidades de adquirirlas aumentan en un 50%. El incremento de las temperaturas y de la humedad ambiental suelen ser factores fundamentales para su aparición. El calor añade sudor y genera un mayor número de secreciones que alteran la flora vaginal.
El verano es el momento ideal para que se produzcan alteraciones en la flora vaginal, las cuales pueden desencadenar en una vaginitis, explica el Dr. José Luis Neyro, ginecólogo del Hospital Universitario de Cruces, Bilbao.
Para muchas mujeres, el malestar causado por dichas afecciones suele representar un problema común durante los veranos largos y calurosos. La humedad, el calor, y todos los factores que representan un cambio en el entorno natural de la vagina, establecen las condiciones perfectas para el desarrollo de infecciones.
En este sentido, los expertos recomiendan no permanecer con el traje de baño húmedo más tiempo del absolutamente necesario. Por ello, es importante contar con una prenda de recambio, y si puede ser, que esta sea de algodón para permitir una mejor transpiración.
Según explica el Dr. José Luis Neyro, ante todo, se debe tratar de mantener la vulva seca, en la medida de lo posible, guardando ropa interior de recambio, y secándose bien.
Asimismo, los expertos recomiendan el uso de probióticos vaginales. Estos probióticos aumentan la flora vaginal y la favorecen, porque contienen lactobacilos y suponen un buen complemento terapéutico. Los lactobacilos son probióticos utilizados para restablecer el equilibrio de la flora vaginal y cuentan con efectos antialérgicos, inducen la liberación de citocinas anti-inflamatorias y aumentan la inmunoglobulina, es decir, tienen un efecto anti-inflamatorio y por ello, aumentan las defensas.
Existen probióticos vaginales en formato tampón y en cápsulas. Los primeros son fáciles de utilizar y, debido a su novedosa presentación, aseguran el cumplimiento del tratamiento al formar parte de la práctica habitual de la mujer que utiliza tampones durante su menstruación. En cuanto a las segundas, suponen una opción de tratamiento más cómoda para las mujeres, ya que no generan residuos.
Aunque las precauciones deben extremarse en verano, es conveniente seguir una serie de pautas durante el resto del año para mantener una buena salud vaginal:
-No realizar duchas vaginales, excepto cuando estén indicadas por el médico.
-No utilizar jabones demasiado agresivos para la vulva porque pueden alterar el equilibrio de la flora vaginal.
-No utilizar jabones con un pH alto.
-Evitar el uso continuado de panty-protectores porque retienen la secreción de la vagina e impiden que esta transpire.
-Usar procedimientos de depilación poco abrasivos para la piel de la vulva.