Si bien algunos médicos se dedican a la homeopatía y su eficacia ha sido comprobada por millones de personas, una realidad es que no ha pasado por el método científico para demostrar la forma en que ejerce sus efectos benéficos en el tratamiento de diversos padecimientos.
El Discurso del Rey , que llevó a Colin Firth a ganar el Oscar al Mejor Actor y recibió el Oscar a la Mejor Película, relata historia del Rey Jorge VI y su terapeuta de lenguaje, Lionel Logue. Lionel Logue no era médico ni un terapeuta de lenguaje convencional, pero sus estrategias de tratamiento resultaban impresionantemente exitosas.
La Familia Real Británica ha demostrado ser excesivamente conservadora pero también han reconocido confiar en ciertos tratamientos no convencionales que les han funcionado, independientemente de que fueran o no aceptados por la medicina convencional. Entre estos se encuentran las experiencias con la terapia de lenguaje del Sr. Logue y la práctica de la homeopatía.
El Rey Jorge VI no fue el primer ni el último integrante de la Monarquía Británica en hacer uso de la homeopatía. La Reina Adelaida (1792-1849), esposa del Rey Guillermo IV externó su interés hacia esta “nueva medicina” en 1835. Otros aristócratas británicos compartieron el interés de la reina como el Marqués de Anglesey, quien fue a Paris para recibir tratamiento por parte del fundador de la homeopatía, el Dr. Samuel Hahnemann (1755-1843).
La Reina Adelaida sufría de una severa enfermedad que los médicos de la corte no lograban curar. La reina solicitó los servicios de uno de los colegas más leales al Dr. Hahnemann, el Dr Johann Ernst Stapf (1788-1860), quien la curó, creando un antecedentes en relación a la homeopatía entre la Realeza Británica.
Desde entonces, varios reyes y reinas de la Gran Bretaña, recibieron abiertamente tratamientos homeopáticos. Incluso, la Princesa María, que posteriormente se volvió la Reina María (1865-1953), esposa del Rey Jorge V, encabezó la recaudación de fondos para mover y expandir el Hospital Homeopático de Londres. El Rey Jorge V apreciaba la homeopatía porque le quitaba el mareo que le ocasionaba navegar en su velero con un derivado de la planta del tabaco. Sin embargo, su hijo, el Rey Jorge VI (1895-1952), tuvo una experiencia completamente opuesta con el tabaco. El éra adicto al tabaco lo cual le ocasionó una muerte temprana. Cabe mencionar que el Rey Jorge VI apreciaba tanto la homeopatía que llamó a uno de sus caballos de carreras Hypericum, en honor a un medicamento homeopático para tratar el “daño en los nervios”.
El Rey Jorge VI fue un ávido consumidor y admirador de la medicina homeopática. En 1948 demostró su admiración por esta practica que le otorgó el titulo real al Hospital Homeopático de Londres. Este centro se le conoció con este nombre hasta el año 2010, el cual cambio a Hospital Real de Medicina Integrativa.
La Reina Isabel II ascendió al trono de Inglaterra en 1952 y ha sido la patrona del Hospital Real Homeopático de Londres desde hace muchos años. Cuando visitó el hospital en el año 2000, miro una fotografía de Sir John Weir, quien era el médico homeópata de la familia y dijo “ese hombre hizo mucho bien a mi padre”.
Hoy, el homeópata de la Reina Isabel II es el Dr. Peter Fisher, quien también es el Director Médico del Hospital Real de Medicina Integrativa de Londres.
La monarquía siempre tuvo la elección sobre cualquier tratamiento médico y consistentemente escogió tratamientos homeopáticos, haciendo de la homeopatía “La Medicina Real”.