Una prueba diagnóstica fácil de usar ayuda a determinar el éxito de la quimioterapia en pacientes que sufren de linfoma de Hodgkin.
Investigadores en el Instituto de Investigación Médica de Queensland en Brisbane, la Universidad de Melbourne y otras instituciones dirigidas por el Dr. Maher Gandhi midieron prospectivamente el nivel de CD163 en suero (sCD163) y la proteína específica Hodgkin-Reed-Sternberg (HRS), sTARC en 221 muestras de 47 pacientes con linfoma de Hodgkin y 21 participantes sanos. La sangre se tomó en cinco momentos fijos en el tiempo, antes, durante y después de la terapia de primera línea.
Los resultados fueron comparados con la evaluación radiológica y los niveles plasmáticos de ADN viral del virus de Epstein Barr (EBV-ADN). Los investigadores examinaron, adicionalmente, las fuentes potenciales de CD163 circulante, así como las propiedades inmunosupresoras de CD163.
Los resultados mostraron que antes de la terapia, tanto sCD163 como sTARC estaban marcadamente elevados en comparación con las muestras de pacientes en remisión completa y los sanos; sCD163 reflejaba mejor la carga tumoral durante la terapia, y sTARC tenía un mayor valor cuando se terminaba la terapia. Además, sCD163 se correlacionaba con los valores de EBV-ADN en plasma, y se asoció con los síntomas B, el estadío y la linfopenia. Los investigadores encontraron que la combinación de ambas proteínas fue más informativa como un biomarcador de respuesta de la enfermedad que cada marcador por sí solo, en la enfermedad temprana y avanzada durante la terapia de primera línea para el linfoma de Hodgkin clásico. Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Clinical Cancer Research.
Esta prueba tiene el potencial de ser una gran ayuda para los médicos en su toma de decisiones y un proceso más rápido y menos invasivo, para los pacientes. Hasta ahora, los médicos han confiado en las imágenes para ayudarles a juzgar cómo las personas responden a la quimioterapia, comenta el Dr. Gandhi. Este descubrimiento permite trabajar hacia el uso de pruebas de sangre simples para proporcionar una supervisión más rápida, más barata y más regular sobre la forma en que una persona está respondiendo al tratamiento.