Comer pescado horneado o asado aunque solo sea una vez por semana puede fomentar la salud del cerebro y reducir el riesgo de deterioro cognitivo leve y enfermedad de Alzheimer, sugiere una investigación encabezada por el Dr. Cyrus Raji, del Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh en el Hospital Mercy, con escáneres cerebrales.
Los autores del estudio hallaron que, quienes comían pescado horneado o asado tenían cerebros más grandes, afirma el Dr. Raji, tenían neuronas más grandes en áreas del cerebro responsables de la memoria y el aprendizaje. Y el motivo de que sea importante es que esas áreas cerebrales están en alto riesgo de enfermedad de Alzheimer.
En las personas con un mayor volumen cerebral, el riesgo de la enfermedad de Alzheimer y deterioro cognitivo leve se redujo cinco veces en cinco años de acuerdo los escáneres cerebrales.
El Dr. Raji comentó sentirse «sorprendido» de que este efecto se observara a partir de comer pescado apenas entre una y cuatro veces por semana, con tan solo media porción al día, y ese sería un cambio muy pequeño en el estilo de vida que puede reducir el riesgo de enfermedad durante mucho tiempo.
Más de cinco millones de estadounidenses sufren de la enfermedad de Alzheimer, un trastorno relacionado con la edad que destruye lentamente las habilidades de memoria, pensamiento y lenguaje. Los adultos mayores con deterioro cognitivo leve tienen una pérdida de memoria menos grave que los que sufren la enfermedad de Alzheimer, pero con frecuencia terminan desarrollando esa enfermedad.
Para evaluar el impacto del pescado sobre la salud cognitiva, los autores se enfocaron en 260 individuos mayores mentalmente sanos provenientes del Estudio de Salud Cardiovascular, patrocinado por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre de EUA.
Todos los participantes se sometieron a imágenes de resonancia magnética tridimensionales para que los investigadores pudieran hacer un mapa del tamaño de la materia gris de cada individuo y darle seguimiento durante diez años. También completaron el Cuestionario de Frecuencia Alimentaria del Instituto Nacional del Cáncer de EUA.
Los cuestionarios revelaron que 163 de los participantes del estudio comían pescado al menos una vez por semana, y la mayoría consumían pescado entre una y cuatro veces por semana.
Con esa información, los autores hallaron que independientemente de la edad, el sexo, las rutinas de actividad física y/o los logros educativos, la raza o el peso, quienes comían pescado horneado o asado tenían una masa más grande en el hipocampo, el precúneo, y las regiones de las cortezas posterior cingulada y frontal orbital de su cerebro.
El equipo también observó que las personas que comían pescado horneado o asado semanalmente presentaban una mejor memoria de trabajo, lo que les permitía ejecutar las tareas de rutina con mayor eficiencia.