Las 5 enfermedades que más infertilidad causan en las mujeres

Las causas que llevan a una pareja a la esterilidad son múltiples y variadas, se deben en un 65% de los casos a causas femeninas, otro 25% de las veces a causas masculinas

Muchas enfermedades pueden ocasionar problemas reproductivos de diversa complejidad e intensidad. ¿Cuáles son los cinco trastornos que más incidencia tienen sobre la fertilidad femenina?

Problemas de la Tiroides: El hipotiroidismo o el hipertiroidismo, muy frecuente y muchas veces asintomáticos, pueden llevar a trastornos ovulatorios y problemas de fertilidad. Algunos síntomas de alerta son problemas con el peso, con el sueño, y la intolerancia al frío o al calor.

La Celiaquía: Los trastornos alimentarios como la enfermedad celíaca pueden alterar la absorción de sustancias esenciales para el metabolismo hormonal y ser el factor responsable, su diagnóstico suele ser complejo, la distensión abdominal, diarreas crónicas y pérdida de peso pueden alertar de su presencia.

La Endometriosis: ¿Qué ocurre con la gran cantidad de veces que las mujeres sufren de dolores moderados a severos con sus menstruaciones? La mayoría de las veces no hay un factor muy claro, lo que sí ocurre en la mayoría, es que hay un fenómeno de menstruación retrógrada. Esta enfermedad  produce desde dolores intensos hasta quistes en los ovarios y adherencias de los propios tejidos (trompa, útero, intestino, etcétera) alterando el correcto funcionamiento reproductivo.

El Tabaquismo: El cigarrillo es tal vez el más frecuente de todos los factores, cada vez más investigado y más aceptado como factor agravante en la reproducción, puede ocasionar trastornos en la calidad de los óvulos, embriones y en la implantación. Las posibilidades de embarazo y éxito se ven aumentadas en un 50% en aquellas mujeres que no fuman.

Los Problemas de peso: Los aumentos o descensos desmedidos de peso y, sobre todo muy abruptos, pueden producir alteraciones en la liberación de las hormonas encargadas de la regulación del ciclo menstrual. Lo aconsejable es consultar con un especialista en nutrición y en reproducción humana para un correcto tratamiento.

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