Especialistas de la UNAM demostraron que el ADN circulante liberado por un tumor es captado por las células de otro tumor, lo que induce su progresión. Así, proponen que en vez de terapias dirigidas a combatir el tumor, haya una estrategia dirigida contra el circuloma.
El Dr. Alfonso Dueñas González y su equipo, del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM, recibieron el Premio Canifarma 2011 en Investigación Básica, por el hallazgo de que las células tumorales liberan a la circulación ADN activo, que participa en la progresión tumoral.
Tradicionalmente se sabe que el cáncer se propaga mediante la transferencia vertical de genes (modelo Mendeliano); es decir, la célula tumoral transmite su herencia (ADN) a las células hijas de manera sucesiva en cada división celular. La progenie de la célula tumoral es la responsable del crecimiento tumoral y la formación de metástasis.
El Dr. Dueñas González y sus colaboradores demostraron, por primera vez en un modelo in vivo, que el ADN circulante liberado por un tumor es captado por las células de otro tumor en el mismo animal, lo que incita a este a desarrollarse más, es decir, induce su progresión.
Esto es resultado de 12 años de trabajo en la Unidad de Investigación Biomédica en Cáncer, tiene en el Instituto Nacional de Cancerología.
En la naturaleza, el material genético puede intercambiarse entre células y organismos de diferentes tipos. Por ejemplo, existe intercambio de ADN de virus a bacterias, de bacterias a plantas, y de bacterias a animales, en un proceso llamado transmisión lateral u horizontal del ADN.
Si hay un tumor maligno en el cuerpo, puede liberar ADN hacia la circulación, mismo que se introduce y logra la transformación maligna de otras células que ya estaban dañadas, pero que todavía no se habían convertido en cáncer. O bien, que si ya había micrometástasis (metástasis muy pequeñas, clínicamente no identificables), el ADN liberado del tumor primario induce a las micrometástasis a crecer. A esto lo llamamos progresión horizontal del cáncer. Es lo que han demostrado en el laboratorio.
Con este trabajo se pone en perspectiva que este fenómeno de propagación horizontal del cáncer por el ADN circulante puede suceder en vivo, y esto tendrá implicaciones terapéuticas.