Bullying y acoso en el trabajo

El bullying laboral se refiere específicamente a las agresiones repetitivas y continuadas en el tiempo que ejerce un compañero de trabajo hacia otro

 

El campo laboral no siempre es fácil para las mujeres, y no son pocas las que sufren de bullying y acoso, dos formas de violencia que implican discriminación. Ambas pueden tener serias consecuencias en la salud y el bienestar personal, familiar y profesional. Averigua cómo puedes identificarlas, manejarlas y, llegado el caso, reportarlas.

Frecuentemente pensamos en el acoso en términos sexuales, pero este mal tiene muchas otras caras, es discriminatorio y está en contra de la ley. Se da a través de conductas o comentarios inapropiados referentes a la raza, religión, género, edad o discapacidades de una persona.

De acuerdo con la Comisión Federal de Comunicaciones de EUA, se considera a estas acciones como acoso cuando son tan severas que crean un ambiente hostil de trabajo. Pueden provenir de jefes, compañeros o proveedores, y se componen de:

– Hostigamiento sexual, con comentarios lascivos acerca de la figura femenina, roces corporales intencionados, insinuaciones, bromas, correos electrónicos o gestos obscenos.
– Comentarios o acciones despectivas en relación a la raza.
– Palabras denigrantes relacionados con el género de una persona, su religión o edad.
– Menosprecio o intimidación a las personas con capacidades diferentes.
– Injusticias por parte de los supervisores, que afecten el status laboral, dando lugar a despidos, cambios de departamento o falta de ascensos.
Existe otro tipo de agresión, que si bien puede sonar más como un problema escolar, también se da en los trabajos.

Nos referimos al bullying, son aquellas acciones repetidas que buscan intimidar, degradar, humillar o socavar a una persona, y que bien pueden sabotear su trabajo o poner en riesgo su integridad. Puede darse a través de compañeros o jefes, de la siguiente manera:
– Con críticas desmedidas o amonestaciones injustificadas.
– Con un trato diferente a los demás.
– Creando un ambiente social excluyente.
– Por medio de gritos o humillaciones.
– Por un exceso de monitoreo o interrupciones en las labores del individuo.
– Cuando constantemente se piden proyectos imposibles de cumplir, o con fechas de entrega no viables.

Además de la tensión y malestar evidentes, la misma institución señala que una situación como esta puede llevar a las personas a sufrir altos niveles de estrés, problemas financieros por ausencias en el trabajo, autoestima baja, problemas músculo-esqueléticos, fobias, trastornos digestivos y del sueño, depresión y tensión familiar. Y, como es lógico, un bajo desempeño laboral.
Según informa un sitio especializado en este tipo de agresiones, Work Place Bullying, las víctimas de bullying laboral pueden experimentar síntomas como náuseas la noche antes de ir a trabajar, vergüenza de compartir su problema con familiares o amigos, apatía y desgano en los días de descanso, sentimientos de culpa y creencia de que son ellos quienes provocan el problema.

Ante esta situación lo primero que debes hacer es reconocer que estás dentro de ella y que no eres el culpable de la misma. Debes evitar el aislamiento, pues te hará sentir peor, por lo cual es recomendable que pases más tiempo con tus seres queridos.

El acoso como forma de discriminación puede tener repercusiones legales, mientras que el bullying aún no está penado por la ley. Sin embargo, en ambos casos es recomendable presentar una queja documentada ante el departamento de Recursos Humanos o la persona a cargo. Este punto es especialmente importante en el bullying, ya que frecuentemente implica acciones discriminatorias.
Se recomienda llevar un registro con las fechas, horas, lugares, situaciones y hechos, reunir documentos que demuestren que las acusaciones de mal desempeño son injustificadas y tener un testigo de las agresiones. También es una buena medida que investigues las políticas de la empresa con respecto a actitudes de falta de respeto, violencia y acoso. De esta manera, podrás presentar un reporte en tu departamento de Recursos Humanos para que pueda tomar acciones.

Recuerda que frente a este problema, no estás sola. Busca organizaciones de ayuda en tu comunidad, que se especialicen en el tema.

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