Al comienzo parece que se tratara de una baja repentina de presión, también puede asociarse a movimientos bruscos, como levantarse de la cama rapidamente,algo que por algunos segundos provoca mareo.
Sin embargo, el síndrome vestibular benigno, también conocido como síndrome vertiginoso, es algo más: se trata de una condición neurológica, precisamente neurootologíca, ya que se produce en el oído. Se desarrolla por lo general por algún traumatismo, aunque en realidad las causas no están debidamente identificadas, las «piedritas» que se encuentran en el oído interno se desacomodan y provocan esa sensación súbita de vértigo.
Por lo general estos episodios son cortos aunque agudos, y se desencadenan ante movimientos como levantase de la cama, acostarse, girar la cabeza para un lado o para el otro, tanto acostado como de pie, agacharse, peinarse o levantar la cabeza.
El síndrome vestibular es una condición benigna, esto quiere decir que nadie va a morir a consecuencia de ella. Lo que ocurre es que el desarrollo de los mareos hace que se vuelva sumamente molesta. Esta patología puede asociarse con algún traumatismo o una situación de esfuerzo o de exposición del oído, lo cierto es que aún no se sabe por qué se producen los episodios, y tampoco por qué razón vuelven a desarrollarse meses o años después del primer episodio, comenta el Dr. Jorge Luis de las Casas, médico neurólogo, especialista en enfermedades extrapiramidales, Parkinson y movimientos anormales, e integrante del Instituto de Neurología de Buenos Aires.
Las causas aún no se han identificado por completo, se sabe que el síndrome vestibular benigno afecta a mujeres y hombres de todas las edades, aunque suele desarrollarse en los adultos.
Lo primero que hay que aclararle al paciente es que se trata de una condición que no va a generarle daños, inclusive no registra asociación con trastornos permanentes del oído o con dificultades auditivas, y que lo más conveniente ante su desarrollo es tratar de guardar reposo y acudir al especialista.
Es importante realizarle al paciente una serie de estudios, sobre todo cuando se desarrolla el primer episodio. Por empezar, una resonancia magnética que permitirá descartar cualquier otra situación. También puede solicitarse la realización de estudios más precisos destinados a evaluar la existencia de algún problema puntual en el oído.
Finalmente, no se debe descartar un análisis más profundo del paciente en cuanto a lo emocional: ¿cómo está?, ¿Se encuentra atravesando una situación estresante?, ¿Lo hizo hace algún tiempo?, ¿Experimentó algún cambio en cuanto a sus hábitos de alimentación, sueño en los últimos tiempos?.
En el primer momento suele recurrirse a un agente antivertiginoso, más que nada para evitar las náuseas y las molestias provocadas por el mareo. De esta forma, se intenta controlar el síntoma. Sin embargo, cuando la intensidad y frecuencia de los mareos va mermando, es recomendable interrumpir la medicación, dado que la única forma de evitar los episodios es cumpliendo con la rehabilitación vestibular».