Una revisión de estudios publicados sugiere que el ingrediente activo de una inyección de Botox no aliviaría el dolor de cuello ni ayudaría a los que lo padecen a hacer actividad física o mejorar la calidad de vida.
La evidencia sólo sugiere que no da resultado, comenta el autor de la investigación, Dr. Paul Michael Peloso. Los pacientes con dolor de cuello deben conversar con el médico sobre otras terapias.
El ingrediente, llamado toxina botulínica, se utiliza para tratar varias enfermedades, desde arrugas hasta migrañas y sudoración excesiva. Botox es una de las marcas disponibles y ninguna fue aprobada por la Administración de Alimentos y Medicamentos para el tratamiento del dolor de cuello.
Los estudios compararon el efecto de la toxina botulímica con inyecciones placebo u otros tratamientos analgésicos mediante las respuestas de los pacientes o las observaciones de los médicos, la aptitud física y la calidad de vida. Los estudios incluyeron un total de 503 pacientes (272 tratados con inyecciones de toxina botulímica).
El equipo del Dr. Peloso destacó que algunos estudios tuvieron limitaciones en la forma de dividir a los pacientes en grupos o evitar que conocieran qué tratamiento recibían.
Los estudios sugirieron que el Botox no había aliviado el dolor de cuello o las cefaleas asociadas, ya sea solo o combinado con ejercicio o analgésicos, al reevaluar a los pacientes a las 4 semanas y a los 6 meses del tratamiento, y los usuarios de toxina botulínica fueron más propensos a tener efectos adversos, como molestias o síntomas gripales, que los grupos control.
El Dr. Peloso señala que, por ahora, la mejor opción para aliviar el dolor de cuello sería el ejercicio que fortalece los músculos y mejoran la movilidad.
Fuente: The Cochrane Library