Una de las lesiones más comunes cuando se realiza algún tipo de ejercicio, es el de la rodilla, que puede producirse por golpes, giros bruscos o simplemente por la sobrecarga de trabajo.
Entre estos daños, destaca el de cartílago articular. Esta consiste en una cubierta que se localiza entre dos huesos con movimiento, a fin de evitar que rocen entre sí. Sin embargo esta capa puede reblandecerse , agrietarse o liberar fragmentos, generando síntomas como inflamación, chasquidos al mover la rodilla, bloqueos, sensación de pérdida de fuerza y dolor intermitente, que no cesa ni con el uso de analgésicos.
Como en el caso de cualquier lesión, estas deben atenderse de inmediato, pues el no hacerlo creyendo que se trata de un daño menor, puede provocar que el problema se agudice hasta ocasionar un desgaste temprano de la articulación, lo que se puede convertirse en Osteoartritis, un padecimiento originado por este tipo de desgaste, que se caracteriza por ser altamente incapacitante.
Actualmente los tratamientos varían según el tipo de lesión y su gravedad, por lo que el especialista puede recomendar desde un programa de fisioterapia específico, hasta la Artroscopía, que es una cirugia especializada, que requiere de ejercicios posteriores de rehabilitación.
En caso de presentarse algunos de los síntomas ya mencionados, lo mejor es que limites tu actividad laboral y deportiva y acudas de inmediato en busca de ayuda especializada, a fin de prevenir daños mayores.