El jitomate es un alimento con escasa cantidad de calorías. De hecho, 100 g de tomate aportan solamente 18 kcal. La mayor parte de su peso es agua y el segundo constituyente en importancia son los hidratos de carbono. Contiene azúcares simples que le confieren un ligero sabor dulce y algunos ácidos orgánicos que le otorgan el sabor ácido característico.
100 gramos de jitomate crudo proporcionan solo 20 calorías, 4 gramos de carbohidratos, 2.6 gramos de azúcar, 0.2 gr. de grasa, 1 gramo de proteínas, 95 gramos de agua y 13 miligramos de vitamina C.
El tomate rojo es una fuente importante de ciertos minerales (como el potasio y el magnesio). De su contenido en vitaminas destacan la B1, B2, B5 y la vitamina C. Presenta también carotenoides como el licopeno (pigmento que da el color rojo característico al tomate). La vitamina C y el licopeno son antioxidantes con una función protectora de nuestro organismo. Durante los meses de verano, el tomate es una de las fuentes principales de vitamina C. En la tabla de la derecha se provee información sobre los principales constituyentes nutritivos del tomate
Existen diversa variedades de jitomate: Redondo (bola), saladet o jitomate guajillo, pera, cereza o «Cherry», entre otros, pero, a grandes rasgos, todas estas variedades comparten las mismas propiedades nutritivas: son una fuente de potasio, fósforo y magnesio necesarios para la actividad normal de nervios y músculos, nos aportan importantes cantidades de vitaminas B1, B2, B5, E y, sobre todo, C y A en concreto, betacaroteno o pro-vitamina A. El tomate apenas contiene grasas, esta característica, unida a su poder diurético, lo convierte en un aliado de excepción en las dietas para adelgazar y de control de peso
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