La mayoría de los niños rechazan las verduras, pero se ha encontrado que si se les ofrecen con constancia y de manera divertida desde bebés, pueden llegar a amarlas para siempre.
En las partes más pobres de la parte baja de la desembocadura del Misisipi, la buena nutrición podría ser un problema más de oferta que de demanda.
Un estudio reciente encontró que los niños de estas áreas rurales están dispuestos a comer más frutas y verduras, pero otra investigación muestra que tales productos no se consiguen fácilmente y podrían ser aún más difíciles de conseguir si la economía continúa sufriendo.
Los hallazgos provienen de dos estudios presentados el domingo en la conferencia sobre Biología Experimental en Nueva Orleáns como parte de un programa patrocinado por la American Society for Nutrition.
En un estudio de un programa de campamento de verano de Arkansas, se ofrecieron frutas y verduras a los niños como su refrigerio diario, en lugar de la comida basura que se les había ofrecido en el pasado. Más de la mitad de los niños, que tenían entre cinco y doce años de edad, probaron la mayoría de los 16 distintas frutas y verduras que les fueron presentados durante el programa de cinco semanas, aunque muchos de los niños nunca habían probado algunos de los alimentos y tanto los niños como los padres dijeron antes del inicio del campamento que los niños no comerían alimentos aparentemente extraños, aunque fueran sanos.
Sin embargo, la investigadora en nutrición Beverly McCabe-Sellers del Departamento de Agricultura de EE. UU. y del Servicio de Investigación en Agricultura de Little Rock, Arkansas, señaló en un comunicado de prensa de los patrocinadores de la conferencia que estos alimentos con frecuencia son difíciles de encontrar en las comunidades pobres y rurales en que los niños viven. Los supermercados y las estaciones de gasolina tienden a ser los principales lugares de compra de comida en lugar de las tiendas de abarrotes, apuntó, y con frecuencia los restaurantes de comida rápida donde se pueda comprar una ensalada también son difíciles de encontrar.
McCabe-Sellers dijo que su investigación y experiencia le han demostrado que obtener productos frescos de alta calidad y a un precio razonable es un importante desafío en las zonas apartadas. Señaló que el problema se ha agravado con la economía, y con los aumentos en los costos de alimentos y combustible, que también han afectado los envíos de frutas y verduras usados para los programas de almuerzo escolar.
La región del bajo delta, que incluye partes de Arkansas, Luisiana y Misisipi, tiene uno de los mayores índices de obesidad del país para niños y adultos, según el comunicado de prensa.
Las verduras deben presentarse de manera divertida a los niños, si a usted no le gustan en realidad las verduras, es probable que a sus hijos tampoco.
Fuente: American Society for Nutrition