Los ataques cardiacos «silenciosos» ocurren con más frecuencia de lo que se creía y están asociados con un alto riesgo de muerte prematura, de acuerdo con un estudio del Centro Médico de la Universidad de Duke.
Estos ataques cardiacos silenciosos, también llamados infarto de miocardio (UMI en inglés) sin onda Q, con frecuencia pasan desapercibidos porque no causan ningún dolor ni indicio de irregularidades que puedan detectarse en los electrocardiogramas (EKG).
«Nadie sabe del todo con qué frecuencia ocurren estos ataques y qué significan en términos de pronóstico. Con este estudio, podemos decir que este subgrupo de ataques cardiacos, conocidos como UMI sin onda Q, son bastante comunes, al menos entre las personas bajo sospecha de enfermedad arterial coronaria», dijo el autor principal y cardiólogo, el Dr. Han Kim, en un comunicado de prensa de la Duke.
Kim y colegas usaron la resonancia magnética de alta resolución retardada (DE-CMR) para examinar a 185 pacientes bajo sospecha de enfermedad arterial coronaria pero que no habían experimentado ningún ataque cardiaco.
El estudio encontró que el 35 por ciento de los pacientes tenía evidencia de un ataque cardiaco y que los ataques sin onda Q eran tres veces más comunes que los UMI con onda Q. Los ataques sin onda Q eran más comunes entre los que tenían enfermedad arterial coronaria más severa.
Los investigadores también encontraron que durante un periodo de seguimiento de dos años, los pacientes que sufrieron ataques sin ondas Q tenían un riesgo 17 veces más alto de muerte por problemas cardiacos y 11 veces más alto de muerte por cualquier causa, en comparación con los pacientes que no tenían daño cardiaco.
«Ahora mismo, no hay directrices específicas sobre cómo tratar a los pacientes de UMI», dijo Kim. «Si se detectan pacientes de UMI, se tratan normalmente de forma similar que los pacientes de enfermedad cardiaca conocida. Los estudios futuros examinaran probablemente qué tan comunes son los ataques cardiacos sin onda Q ignorados en otros grupos de pacientes y cómo se deben tratar estos UMI».
Fuente: Boletín Centro Médico de la Universidad de Duke.