La vitamina K es una de las menos conocidas.
Sin embargo, su importancia es vital para nuestro organismo, ya que está directamente relacionada con el proceso de coagulación de la sangre y por lo tanto una deficiencia, puede ocasionar severos problemas de sangrados.
Esto se explica porque la vitamina K es esencial para que el hígado produzca los factores que permiten la coagulación, como la Protrombina, Proconvertina, el factor IX, que es un componente de la Tromboplastina y el factor X.
Aunque los casos de deficiencia son raros, quienes están más expuestos a sufrir este problema, son las personas con desnutrición, o con problemas de absorción de vitaminas en la dieta. Asimismo pueden enfrentar bajos niveles de vitamina K, los pacientes que sufren de problemas cardiacos y a quienes se les administra el medicamento warfarina y algunos recién nacidos.
Por lo general, la vitamina K se puede obtener mediante la ingesta de vegetales verdes, como la espinaca, brócoli, espárragos, berro, repollo, coliflor aceitunas, así como el consumo de carne, cereales y lácteos.