La creencia común de que las mujeres hablan más que los hombres es una realidad, señala un estudio realizado por la psiquiatra inglesa Louann Brizendine y cuyos resultados son publicados en su libro “El cerebro femenino“.
La investigación señala que las mujeres pronuncian hasta 20 mil palabras al día, esto es hasta 3 veces más que los varones, quienes en promedio sólo acostumbran decir unas 7 mil palabras. Y esa no es la única diferencia, de acuerdo con la investigación las mujeres hablan más rápido y dedican un mayor esfuerzo cerebral a esta tarea.
Una diferencia que la psicóloga dice se origina en que el proceso de hablar desencadena una serie de reacciones químicas en el cerebro femenino, generándo bienestar como ocurre en quienes son adictos al cigarro, el café o alguna droga. Esto ocurre en especial cuando la charla es en un contexto doméstico o social.
La doctora Brizendine, quien ha tratado de desarrollar una psiquiatría femenina, señala que estas diferencias se inician en la matriz donde la hormona sexual moldea el desarrollo del cerebro masculino y el resultado es que los varones hablan menos y batallan más para expresar sus emociones a la par que las mujeres. Incluso, señala que el sexo femenino tiene 11% más neuronas en la zona del cerebro relacionado con las emociones y la memoria emocional.
«Digamos que las mujeres tienen una autopista de ocho carriles para procesar y expresar sus emociones, mientras que los hombres sólo tienen un pequeño camino rural», señaló la también directora del centro «Humor y Hormonas» en San Francisco.
Otro de los aspectos que se destacan en el estudio, es que la testosterona además reduce las dimensiones de la parte del cerebro dedicada a escuchar, lo que le permite a los hombres quedar parcialmente «sordos» ante muchos de los argumentos interminables que tienen que escuchar de sus parejas.
De la misma forma, su investigación señala que en los hombres la hormona de la testosterona ocasiona que el área dedicada a los pensamientos sexuales sea mayor que en el de las mujeres, lo que podría responder a la idea generalizada de que los hombres sólo piensan en sexo.