Un novedoso concepto tiene el potencial de ayudar a la detección temprana y al tratamiento del cáncer, y también para las infecciones dentro de las heridas crónicas.
Desarrollada por el Dr. Ben Wicks, jefe de cuidado intensivo de Team Consulting en Cambridge, Reino Unido, la nueva tecnología denominada Spatial Reach, les da a los médicos la capacidad de monitorizar, de manera no invasiva, el sitio de la escisión de un tumor interno o una herida crónica. Una vez que un sitio ha sido analizado, la misma plataforma puede usarse para aplicar terapia muy enfocada a áreas precisas donde se requiere tratamiento, sin exponer el tejido vecino directamente a los agentes de quimioterapia o a antibióticos innecesarios.
La tecnología usa tubos de fibra hueca porosa de bajo costo, colocados en una espiral continua o patrón de zigzag en el área blanco. El tubo se llena con solución salina y luego se cierra el sitio quirúrgico. Con el tubo colocado, cualquier biomarcador de cáncer o infección puede difundirse en el tubo, y la presencia del recrecimiento de cáncer o infección puede entonces ser monitorizada mediante el bombeo y analizar la columna de líquido en un lector manual, indicando no solo la presencia sino también una localización precisa.
Una vez analizada, la plataforma Spatial Reach puede luego ser procesada “en reversa”, aplicando quimioterapia o antibióticos de nuevo a solo aquellas áreas dentro de la herida donde se requiera. El medicamento puede luego difundirse desde el tubo poroso, permitiendo que la quimioterapia tóxica sea usada sin causar daño al tejido sano. También permitirá que antibióticos poderosos contra bacterias resistentes al medicamento y que son demasiado tóxicos, sean dadas a pacientes vulnerables sistemáticamente, para ser aplicados localmente. La técnica tiene el potencial de reducir dramáticamente el tiempo de recuperación del paciente y aumenta la tasa de supervivencia de pacientes muy enfermos.
Actualmente, hay pocas herramientas disponibles para que los profesionales de la salud monitoricen adecuadamente los sitios de escisión del tumor y heridas, y la mayoría de las técnicas empleadas hoy incluyen molestia significativa para los pacientes. Significativamente esto evitaría problemas de acceso como la barrera hematoencefálica y problemas de toxicidad sistémica como en el tratamiento de la médula ósea.